Una endocrinóloga revela cómo el hipotiroidismo y la depresión están más conectados de lo que parece
La doctora Coralys Abreu, endocrinóloga, explica que muchas personas con síntomas depresivos en realidad tienen un desajuste hormonal en la tiroides.

CIUDAD DE MÉXICO.- El hipotiroidismo y la depresión tienen más en común de lo que se cree. Así lo explica la doctora Coralys Abreu, endocrinóloga especializada en enfermedades de la tiroides, quien advierte que la similitud entre los síntomas de ambas condiciones puede dificultar un diagnóstico adecuado desde el inicio. En muchos casos, se atienden los síntomas de forma aislada, sin considerar que podrían deberse a una sola causa: un mal funcionamiento de la tiroides.
Una enfermedad común y poco reconocida
El hipotiroidismo se presenta cuando la glándula tiroides deja de producir suficientes hormonas, como la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3), esenciales para el metabolismo y el equilibrio corporal. Esta enfermedad afecta principalmente a las mujeres —hasta ocho veces más que a los hombres— debido a factores hormonales, especialmente en etapas como la menopausia.
La doctora Abreu señala que esta condición suele avanzar de forma silenciosa. Los síntomas pueden parecer dispersos: cansancio extremo, alteraciones en el sueño, cambios de peso, irritabilidad o apatía. Esto provoca que muchas personas sean tratadas por depresión sin que se les realice un análisis tiroideo, lo cual retrasa el tratamiento adecuado.
Síntomas solapados y malentendidos frecuentes
Una de las principales dificultades para detectar el hipotiroidismo radica en que sus síntomas pueden confundirse fácilmente con los de otras enfermedades, en especial con los de la depresión. Esta confusión puede llevar a que el paciente reciba atención fragmentada, tratando cada malestar de manera aislada, sin que se identifique la verdadera causa.
“Muchos pacientes llegan con síntomas depresivos, pero en realidad tienen hipotiroidismo sin saberlo”, comenta la doctora Abreu. En otros casos, las personas sí padecen depresión, pero no mejoran con tratamiento psicológico o farmacológico porque hay un desajuste hormonal que no ha sido abordado.
La especialista explica que existe una conexión fisiológica clara: las hormonas tiroideas influyen directamente en la producción de serotonina, un neurotransmisor relacionado con el estado de ánimo. Por lo tanto, una tiroides que no funciona bien puede alterar también el equilibrio emocional de la persona.
Diagnóstico certero y tratamiento integral
Cuando los síntomas depresivos persisten o no responden al tratamiento convencional, es fundamental considerar otras causas, como una posible alteración en la tiroides. Se estima que hasta el 40% de las personas con hipotiroidismo pueden desarrollar depresión, y más de la mitad manifiestan síntomas depresivos de algún tipo.
Para confirmar el diagnóstico, se debe acudir con un especialista y realizar un análisis de sangre que evalúe el perfil tiroideo. Si se detecta hipotiroidismo, el tratamiento habitual consiste en la administración diaria de hormona tiroidea sintética. Este tratamiento suele mantenerse de por vida, con ajustes periódicos según la evolución del paciente.
La doctora Abreu insiste en que este abordaje no debe ser exclusivo del endocrinólogo. Es clave incluir el acompañamiento psicológico, la evaluación nutricional y, cuando se requiere, la colaboración de internistas. Cada caso es único, y el tratamiento debe adaptarse a las necesidades individuales.
Cambios necesarios para una mejor calidad de vida
Más allá del tratamiento médico, el control del hipotiroidismo requiere modificaciones en el estilo de vida. La alimentación es un pilar importante: debe ser rica en fibra, vitaminas y minerales, con una adecuada hidratación. Algunos pacientes pueden beneficiarse de eliminar gluten o lácteos, pero siempre bajo supervisión profesional.
La actividad física también desempeña un papel relevante. Ayuda a mantener un peso saludable, mejora el ánimo y favorece la regulación hormonal. Esto resulta especialmente útil en quienes enfrentan síntomas emocionales como la tristeza o la falta de motivación.
En conclusión, la doctora Abreu recuerda que es importante mantener la mente abierta cuando se presentan síntomas depresivos. “Nunca hay que asumir que todo es psicológico. A veces, la causa está en algo físico, como la tiroides, y si no se detecta, el tratamiento no será efectivo”, advierte. Reconocer esta conexión puede ser el primer paso para mejorar tanto la salud mental como la física.
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