El asombroso lago Natron en Tanzania “petrifica” animales y da hogar a millones de flamencos
El lago Natron, ubicado en el norte de Tanzania, es un ecosistema extremo con aguas rojizas y altamente alcalinas que pueden “petrificar” animales.

CIUDAD DE MÉXICO.- En el norte remoto de Tanzania, donde el terreno árido y el calor abrasador dibujan una postal casi extraterrestre, se encuentra el lago Natron. A primera vista, este cuerpo de agua rojizo parece sacado de una película de ciencia ficción, con su superficie teñida por microorganismos que prosperan en condiciones letales para casi cualquier otra forma de vida. Pero lejos de ser un desierto biológico, Natron es el escenario de uno de los ecosistemas más inusuales y sorprendentes del planeta.
Lago Natron: un paisaje extremo que protege la vida
El color escarlata del lago se debe a la presencia de algas y bacterias llamadas extremófilos, que sobreviven en aguas con temperaturas de hasta 60 grados Celsius y un pH cercano al de la lejía. Uno de estos microorganismos, la espirulina, produce pigmentos que tiñen el agua y, de paso, influyen en el característico color rosado de los flamencos que se alimentan de ella. A pesar del ambiente hostil, estas aves han encontrado aquí un refugio seguro para reproducirse.
De hecho, se estima que tres de cada cuatro flamencos menores del mundo nacen en este lago. Las condiciones extremas impiden la presencia de depredadores, lo que convierte a Natron en una especie de fortaleza natural para estas aves. En sus orillas salinas, los flamencos construyen nidos sobre montículos de barro endurecido, sin la amenaza de leones, chacales o humanos.
La frontera entre la vida y la muerte
Pero no todo es protección y belleza en Natron. El lago también es conocido por su capacidad para preservar cadáveres animales casi intactos. Cuando aves u otros animales mueren al caer en sus aguas, sus cuerpos se recubren de minerales alcalinos, quedando rígidos y con aspecto de haber sido “petrificados”. Este efecto ha dado pie a leyendas locales que comparan el lago con una maldición mitológica.
Muy cerca se alza el volcán Ol Doinyo Lengai, sagrado para el pueblo masái y único en el mundo por emitir lava natrocarbonatita. Esta lava, negra cuando fluye y blanca al enfriarse, añade un toque casi sobrenatural al entorno. Además, la actividad geotérmica del volcán alimenta los manantiales que desembocan en Natron, cerrando un círculo perfecto entre lo geológico y lo biológico.
El paisaje que forman el lago y el volcán es tan inusual que ha despertado el interés de científicos y exploradores de todo el mundo. La resistencia de sus microorganismos ha sido estudiada como posible pista sobre cómo podría desarrollarse la vida en otros planetas o lunas del sistema solar, como Europa, la luna helada de Júpiter.
Una maravilla natural en riesgo
Sin embargo, este frágil equilibrio está amenazado. Proyectos para construir presas o explotar recursos minerales en la región han generado preocupación entre los expertos. Cambios aparentemente pequeños en los niveles de agua o en su salinidad podrían poner en peligro el hábitat de millones de flamencos y alterar el ecosistema de manera irreversible.
Por ello, en 2001 el lago fue incluido en la lista Ramsar, que protege humedales de gran valor ecológico a nivel internacional. Aun así, los esfuerzos de conservación siguen siendo necesarios para garantizar que esta joya natural continúe existiendo como santuario de biodiversidad y como fuente de conocimiento científico.
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Además de su importancia ambiental, el lago Natron se ha convertido en un destino para el turismo alternativo. Llegar hasta él no es fácil: implica recorrer caminos difíciles y soportar altas temperaturas. Pero quienes lo visitan aseguran que la experiencia, entre lo surrealista y lo conmovedor, permanece grabada para siempre.
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