Advertencia sobre el uso excesivo de pantallas en niños: podría estar afectando su salud visual y mental
El uso excesivo de dispositivos puede causar problemas de visión que se confunden con TDAH, además de aumentar la miopía y dificultar la interacción social.

CIUDAD DE MÉXICO.- Los niños pasan en promedio entre siete y ocho horas diarias frente a pantallas, una cifra alarmante que ha encendido las alertas entre especialistas en salud infantil. El doctor Bryce Appelbaum, optometrista certificado, ha declarado que el tiempo frente a dispositivos digitales es “la nueva pandemia” que está perjudicando tanto el desarrollo cerebral como la salud visual de los más pequeños.
Una nueva pandemia silenciosa
Appelbaum señala que las pantallas no solo afectan el desarrollo cognitivo, social y emocional, sino también la visión funcional, lo que podría estar relacionado con el aumento de problemas de conducta. “Nos encerramos en un campo visual limitado, recibimos una descarga de dopamina, y eso nos hace querer regresar una y otra vez”, explicó, subrayando el carácter adictivo de los dispositivos digitales.
El especialista también advirtió que los síntomas derivados de los problemas visuales causados por el uso excesivo de pantallas pueden parecerse a los del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), dificultando su diagnóstico y tratamiento correcto.
La visión en desarrollo bajo presión
Según Appelbaum, la visión humana está diseñada para guiarnos en un entorno tridimensional, no para pasar horas mirando una pantalla bidimensional. Cuando un niño permanece demasiado tiempo frente a un dispositivo, los músculos internos del ojo, encargados de enfocar, se tensan y pierden flexibilidad, lo que puede generar visión borrosa, fatiga ocular y dificultad para concentrarse.
Esta rigidez visual no solo afecta la capacidad para ver con claridad, sino que también limita el pensamiento visual flexible, un componente esencial en el aprendizaje y la interacción con el entorno. “Es como si tuvieran un sistema visual bloqueado”, dijo Appelbaum. Esto puede traducirse en problemas como la miopía, dificultades para percibir la profundidad y hasta menor conexión interpersonal.
Investigaciones previas, como un estudio publicado en JAMA Pediatrics, sugieren que los menores de tres años no deberían tener contacto con pantallas, ya que esto puede provocar retrasos en su desarrollo. La recomendación se basa en evidencias de que los primeros años son clave para el desarrollo neurosensorial y visual.
Problemas de conducta y diagnóstico erróneo
Un punto que genera preocupación es la relación entre los problemas de visión y el comportamiento infantil. Estudios realizados por la Universidad de Drexel indican que los bebés y niños pequeños con alto tiempo de pantalla presentan más conductas sensoriales atípicas, similares a las que se observan en trastornos del neurodesarrollo como el autismo o el TDAH.
El problema es que muchas veces se diagnostica erróneamente a los niños con estos trastornos, cuando en realidad padecen una disfunción visual, como la insuficiencia de convergencia, que dificulta enfocar objetos cercanos. Esto puede generar comportamientos como inquietud constante o falta de atención visual en clase.
Un informe reciente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos reveló un aumento preocupante en los diagnósticos de TDAH en niños. Para Appelbaum, parte de esta alza puede estar relacionada con el cambio hacia un aprendizaje digital más intensivo desde la pandemia, que reduce las oportunidades de ejercitar la visión en actividades físicas y escolares tradicionales.
Estrategias para proteger la salud visual infantil
Ante este panorama, el doctor Appelbaum propone varias estrategias para cuidar la salud visual y mental de los niños. La más importante: reducir el tiempo de pantalla diario. Un estudio de 2024 mostró que los niños que limitan el uso de dispositivos tienen mejores habilidades para procesar emociones y relacionarse socialmente.
Además, se recomienda fomentar la actividad física y establecer pausas visuales frecuentes durante el uso de pantallas. “Los ojos son músculos; si aprietas los puños durante mucho tiempo, duelen. Lo mismo pasa con la vista: necesita relajarse y recuperarse”, explicó el especialista.
Finalmente, Appelbaum sugiere el uso de lentes digitales especiales que ayudan a reducir el esfuerzo visual, así como ejercicios para fortalecer la conexión entre los ojos y el cerebro. Con la orientación adecuada, es posible desarrollar una base visual sólida que permita a los niños prosperar en un mundo digital sin comprometer su bienestar físico y emocional.
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