David Saltzberg, el físico que convirtió a The Big Bang Theory en una clase de ciencia entretenida

Aunque “The Big Bang Theory” es una comedia, detrás de sus chistes y enredos amorosos hay un nivel de precisión científica digno de una clase universitaria. Gran parte de este mérito se debe al físico experimental David Saltzberg, quien durante las 12 temporadas de la serie fue el responsable de revisar cada línea científica, diseñar las fórmulas de los pizarrones y asegurarse de que hasta el más complejo diálogo sonara auténtico.

El genio detrás del telón

Saltzberg es profesor de Física y Astronomía en la Universidad de California, en Los Ángeles, y ha trabajado en lugares tan prestigiosos como el CERN. Sin embargo, su salto al mundo del entretenimiento ocurrió casi por casualidad. Fue un colega, profesor en la Universidad de Hawái, quien lo conectó con los creadores de la serie, Bill Prady y Chuck Lorre. Ellos buscaban un experto en ciencia que pudiera asesorar a los guionistas y a los actores sobre teorías físicas, ingeniería y astrofísica.

Inicialmente, le preguntaron si tenía algún estudiante que pudiera ayudarlos, pero Saltzberg prefirió hacerlo él mismo. Así comenzó su participación en el fenómeno televisivo que fue The Big Bang Theory.

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Ciencia con rigor y con risas

Lejos de limitarse a corregir errores, Saltzberg tenía una función creativa clave: cuando en el guion aparecía la indicación “[aquí viene la ciencia]”, era su momento de brillar. Él elegía los conceptos y teorías que se integrarían a cada episodio, procurando que fueran comprensibles para el público general. Prefería los temas de física elemental, ya que, según dijo en una entrevista, eso permitía que la audiencia también aprendiera algo nuevo.

Además, se encargaba de redactar los enigmáticos garabatos que Sheldon y compañía escribían en los pizarrones. Muchas de esas ecuaciones estaban basadas en investigaciones reales o descubrimientos recientes, lo que ayudaba a mantener la serie científicamente actualizada.

Un físico en el set

Saltzberg no solo trabajaba detrás del guion: también frecuentaba los estudios de grabación. Asesoraba directamente a los actores, les explicaba conceptos y les ayudaba a dominar la pronunciación y entonación de líneas particularmente técnicas. Uno de los que más lo impresionó fue Jim Parsons (Sheldon Cooper), de quien dijo que no solo decía bien sus líneas, sino que realmente sonaba como un físico.

No sé cómo lo hace. Dice que no entiende la ciencia, pero yo no le creo”, bromeó.

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Al principio, algunos miembros de la comunidad científica miraban con recelo la serie, temiendo que caricaturizara a los físicos como nerds excéntricos. Sin embargo, con el tiempo, muchos se convirtieron en fans y reconocieron el valor que tenía llevar conceptos complejos a una audiencia masiva, sin traicionar el rigor académico.