El Monte Erebu: Conoce al volcán que escupe ‘oro’
Pero hay uno que literalmente brilla entre todos: el Monte Erebus, un volcán en plena Antártida que, según algunos, “escupe oro”.

ESTADOS UNIDOS.-En el mundo existen fenómenos tan extraños que parecen salidos de una historia de ciencia ficción: la Torre Eiffel puede crecer hasta 15 centímetros en verano; o también el Yanar Dag, que significa ‘montaña en llama’ que es uno de los pocos lugares donde las llamas naturales arden 24 horas del día y en Australia, algunas rocas “caminan” solas sobre la arena.
Pero hay uno que literalmente brilla entre todos: el Monte Erebus, un volcán en plena Antártida que, según algunos, “escupe oro”.
Ubicado en la remota isla Ross, el Erebus es uno de los volcanes activos más australes del planeta.
Lo extraordinario no es solo su ubicación en uno de los lugares más fríos e inhóspitos de la Tierra, sino que dentro de su cráter arde uno de los pocos lagos de lava permanentes del mundo. De hecho, apenas existen un puñado de volcanes así: el Nyiragongo en África, el Kīlauea en Hawái y el Erebus, que arde como una antorcha en medio del hielo eterno.
Y no solo eso: con cada explosión, este volcán lanza al aire diminutas partículas brillantes conocidas como anorthoclasa, un cristal volcánico que refleja la luz en tonos dorados. No es oro real, pero bajo la luz polar, esas chispas parecen flotar brevemente antes de caer como una lluvia dorada sobre la nieve. De ahí su apodo: el volcán que escupe oro.
El fenómeno no solo es hermoso: ha sido fundamental para la ciencia. Estudiar el Erebus ayuda a entender cómo se comporta el magma en condiciones extremas y ha servido como modelo para misiones planetarias, incluyendo pruebas en entornos similares a Marte o la luna Europa, donde se cree que podría haber actividad volcánica bajo el hielo.
El volcán fue descubierto en 1841 por el explorador británico James Clark Ross, quien lo nombró en honor a su barco, el HMS Erebus. Irónicamente, el nombre proviene de la mitología griega, donde “Erebus” representa la oscuridad primordial… aunque este coloso lanza luz en medio del continente más oscuro y frío del planeta.
Durante décadas, científicos han monitoreado su actividad mediante cámaras y estaciones instaladas a su alrededor. En algunas grabaciones, se puede ver cómo los cristales de anorthoclasa son impulsados por el viento a varios kilómetros del cráter, creando un espectáculo visual que parece imposible en un paisaje tan hostil.
Un lago de lava en medio de la nieve. Chispas doradas flotando en el aire helado. Temperaturas de más de mil grados justo al lado de vientos gélidos de -50 °C. El Monte Erebus es una paradoja viva.
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