Mujer enseña cómo coqueteaban con el abanico en la época victoriana

MÉXICO.- En un intento por recuperar prácticas olvidadas, una mujer recuerda cómo era el ‘lenguaje del abanico’ con el que las mujeres coqueteaban durante los siglos XVIII y XIX.

Durante la historia de la humanidad, el coqueteo ha sido una herramienta sutil pero poderosa de conexión social. Desde miradas furtivas en las cortes medievales hasta cartas secretas durante la época victoriana, las personas han encontrado formas creativas para expresar su interés romántico sin decir ni una sola palabra. Las normas sociales, la represión de emociones y el control de la expresión femenina hicieron que el arte del coqueteo evolucionara de forma considerable.

En este contexto, surgieron diversos códigos silenciosos y objetos cargados de significado, como el lenguaje del abanico. A través de TikTok, Pame (@cinemabypame) compartió cómo era coquetear con el abanico en la era victoriana.

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En su video de más de 3 minutos, señala cómo anteriormente existió el coqueteo con los guantes; y, después, en los siglos XVIII y XIX, el coqueteo con el abanico se popularizó rápidamente.

Códigos del lenguaje del abanico: ¿cómo coqueteaban en la época victoriana?

En primer lugar, enumera algunos códigos que eran muy utilizados, como llevar el abanico con la mano derecha delante del rostro, lo cual significaba “sígueme”; mientras que llevarlo con la mano izquierda implicaba el “deseo de conocerse”.

Colocar el abanico en la oreja izquierda significaba un “deseo de deshacerme de ti”, y moverlo en la frente implicaba que la otra persona “había cambiado”. Girarlo con la mano izquierda indicaba a su compañero que ambos estaban “siendo vigilados”; y, por su parte, mostrarlo en la mano derecha implicaba que la persona estaba “demasiado dispuesta”.

Para decir “te odio”, la mujer debía moverlo a través de la mano; girándolo en la mano derecha, decía que la mujer “amaba a otra persona”; pero, para indicar un “te amo”, la mujer debía mover el abanico en su propia mejilla.

Asimismo, Pame enumera otro tipo de códigos, que van desde expresiones como “lo siento”, donde se mueve el abanico sobre los ojos; cerrado y tocando el ojo derecho, preguntaba a su interlocutor cuándo se podrían volver a ver. Al dejarlo reposar en la mejilla derecha o izquierda se indicaba un “sí” o un “no”.

Pame señala que también era posible indicarle al varón que la mujer estaba casada o comprometida, según el ritmo del abaniqueo; o invitar a la otra persona a besarla colocando el abanico cerrado frente a los labios.

Conocer el lenguaje y un buen ojo: una clave para su entendimiento.

Es necesario señalar que estas señales ofrecían una manera para que las mujeres, quienes a menudo tenían restringida su capacidad de iniciar una comunicación verbal directa con los hombres, se expresaran de una forma socialmente aceptable. Por ello, la sutileza del lenguaje del abanico requería un buen ojo y comprensión del código para interpretar los mensajes con precisión.

Con este lenguaje, una mujer podía demostrar su interés en un caballero, o rechazarle de forma cortés, sin necesidad de llamar la atención sobre la interacción. No obstante, este lenguaje no estaba universalmente estandarizado, pues aunque fue popular en Inglaterra, podía variar según la región o la interpretación personal. Además, estos códigos no siempre eran tomados en serio.

“Eran parte de juegos de coqueteo, de bromas; o para tener un encuentro no serio”, señala Pame sobre el tipo de coqueteo.

El video de Pame llegó a más de 100 mil reproducciones en TikTok y cerca de 22 mil “me gusta” en la plataforma.