Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Lo Curioso / Cerebro

¿Cuáles son los efectos en el cerebro de tener un momento “eureka”?

Un estudio reveló que los momentos de comprensión repentina, conocidos como “eureka”, no solo generan satisfacción, sino que también reconfiguran el cerebro y casi duplican la probabilidad de recordar lo aprendido.

¿Cuáles son los efectos en el cerebro de tener un momento “eureka”?

CIUDAD DE MÉXICO.- Un nuevo estudio publicado en Nature Communications ha revelado que esos momentos de entendimiento repentino, conocidos como “eureka” o “¡ajá!”, no solo son gratificantes, sino que también modifican profundamente la forma en que el cerebro almacena la información. Según la investigación, este tipo de comprensión casi duplica la probabilidad de recordar lo aprendido.

Un descubrimiento con impacto cerebral

El estudio fue realizado por científicos de las universidades de Duke, Humboldt y Hamburgo, quienes analizaron el cerebro de 31 personas mientras resolvían acertijos visuales dentro de un escáner de resonancia magnética funcional. Usaron imágenes tipo Mooney —figuras abstractas en blanco y negro— que requieren una interpretación visual compleja. Días después, se evaluó qué tanto recordaban los participantes.

Los resultados mostraron que cuando los participantes resolvían un problema mediante una comprensión súbita, lo recordaban mucho mejor que si lo solucionaban paso a paso. “Hay pocos efectos de memoria tan fuertes como este”, señaló Roberto Cabeza, profesor de neurociencia y coautor del estudio.

Qué pasa en el cerebro cuando entendemos algo de repente

Durante un momento eureka, el cerebro reorganiza la manera en que interpreta la información visual. Este cambio ocurre en regiones específicas como el giro fusiforme posterior y el complejo occipital lateral, áreas clave en el procesamiento de imágenes. Es decir, ver algo de forma distinta —y entenderlo de golpe— activa patrones neuronales distintos.

Además, las personas que reportaron mayor seguridad en su respuesta mostraron una activación más intensa en el hipocampo, zona crucial para la formación de recuerdos. También se observó una conectividad más fuerte entre las áreas visuales, emocionales y de memoria del cerebro, lo que sugiere que estas regiones trabajan juntas de forma más eficiente durante el aprendizaje por descubrimiento.

El hipocampo actúa como un puente entre lo que percibimos y lo que recordamos. Y cuando se combina con la actividad de la amígdala —encargada de darle una carga emocional a lo que vivimos—, el resultado es un recuerdo más sólido y duradero. Así, la emoción del descubrimiento no es solo un bonus: es parte esencial del aprendizaje.

La emoción también enseña

Otro hallazgo interesante del estudio es que el placer o la sorpresa que acompaña al momento eureka activa la liberación de sustancias como la dopamina. Este neurotransmisor facilita la plasticidad cerebral, es decir, la capacidad del cerebro para crear nuevas conexiones y reforzar las existentes, lo que permite aprender mejor.

Esta combinación de sorpresa, claridad y emoción genera lo que los científicos llaman una “firma cerebral”: un patrón de actividad que se traduce en una mayor probabilidad de recordar lo aprendido. No se trata solo de entender algo, sino de cómo lo sentimos al entenderlo.

Todo esto refuerza la idea de que la memoria no funciona únicamente como un archivo automático. La forma en que sentimos al aprender puede determinar qué tanto recordamos. Cuando un conocimiento viene acompañado de emoción, se convierte en parte de nuestra experiencia personal.

Aplicaciones en la educación

El estudio no solo aporta pistas sobre cómo funciona la memoria, sino que también sugiere nuevas formas de enseñar. Promover la curiosidad, el asombro y la resolución creativa de problemas puede facilitar que los estudiantes tengan sus propios momentos eureka, lo que fortalece la retención a largo plazo.

“Durante estos momentos de percepción, el cerebro reorganiza cómo ve la imagen”, explicó Maxi Becker, investigador de la Universidad Humboldt. Es decir, enseñar no solo consiste en dar información, sino en propiciar el tipo de experiencia que haga que esa información se quede grabada.

El aprendizaje por descubrimiento, la exploración visual, el pensamiento creativo y las emociones positivas podrían ser claves para mejorar tanto el rendimiento académico como la calidad del aprendizaje. Comprender esto podría transformar los salones de clases, haciendo del aprendizaje una experiencia más humana y significativa.

La chispa del conocimiento

Este trabajo científico no solo aporta evidencia neurológica sobre cómo se aprende mejor, sino que también da un giro a nuestra forma de pensar sobre la educación y la memoria. Lo que se aprende con emoción y comprensión profunda se queda con nosotros por más tiempo.

“La perspicacia es clave para la creatividad”, afirmó Roberto Cabeza. Y parece que también lo es para la memoria. El estudio muestra que las regiones del cerebro responsables de ver, sentir y recordar se activan en armonía durante estos momentos de iluminación mental.

También podría interesarte: Así cambia tu cerebro al aprender un nuevo idioma, según estudios recientes

En resumen, un momento de claridad no es solo una chispa pasajera. Es un mecanismo poderoso que puede cambiar la manera en que aprendemos, enseñamos y recordamos. Porque cuando el aprendizaje se siente, también se graba.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí

Temas relacionados