Dormir de lado podría ser el cambio que tu salud necesita

Dormir de lado no es solo una preferencia: podría ser una de las decisiones más beneficiosas para tu salud. Estudios recientes han revelado que esta posición al dormir puede aliviar condiciones comunes como la apnea del sueño, el reflujo gástrico y el dolor de espalda, ofreciendo una mejora tangible en la calidad del descanso y la salud en general.

Respirar mejor: el alivio de la apnea del sueño

Dormir boca arriba puede ser una receta perfecta para roncar. Esto no solo perturba el sueño de quien duerme a tu lado, sino que también podría ser señal de apnea obstructiva del sueño, una condición en la que la lengua obstruye el paso del aire durante la noche. Como explica el Dr. Rafael Pelayo, de la Universidad de Stanford, este bloqueo puede interrumpir la respiración durante segundos o incluso más de un minuto, lo que afecta directamente al corazón, el cerebro y los pulmones.

La buena noticia es que dormir de lado puede reducir significativamente estos episodios. Según la Dra. Susan Redline, del Brigham and Women’s Hospital, esta posición mejora la anatomía de las vías respiratorias al permitir que la lengua y el paladar blando no bloqueen el paso del aire, lo que facilita una respiración más libre y profunda.

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Dormir sin dolor: mejora para la espalda baja

Quienes sufren de dolor lumbar encontrarán en el dormir de lado un verdadero aliado. El Dr. Aleksandar Videnovic, de Harvard, asegura que dormir boca abajo es la peor opción, ya que genera presión innecesaria sobre la columna. En cambio, dormir de lado mantiene la curvatura natural de la espalda, alivia la presión en las caderas y protege los órganos internos. Para mejorar aún más esta posición, se recomienda colocar una almohada entre las rodillas, lo que ayuda a alinear la columna vertebral correctamente.

Contra la acidez: beneficios para el sistema digestivo

El reflujo ácido también puede empeorar al dormir boca arriba. En cambio, al recostarse del lado izquierdo, se favorece el tránsito natural de los alimentos del estómago al intestino, y se impide que los ácidos suban al esófago. Según el Dr. Meir Kryger, profesor emérito de Yale, esto no solo reduce la sensación de ardor, sino que acelera el proceso digestivo. Dormir con la cabeza ligeramente elevada puede reforzar aún más estos efectos.

¿Cómo cambiar tu posición al dormir?

Cambiar de posición no siempre es fácil, pero existen trucos que pueden facilitar la transición. La especialista en medicina del sueño Jennifer Martin sugiere usar una almohada corporal, enrollar una toalla grande o incluso coser una pelota de tenis en tu pijama para evitar girarte durante la noche. También existen dispositivos que emiten vibraciones si detectan que te has girado boca arriba, o aplicaciones móviles que monitorean tus ronquidos y te alertan para cambiar de posición.

Además, un ambiente propicio para el descanso —silencio, oscuridad y temperatura fresca— puede hacer la diferencia mientras tu cuerpo se adapta a este nuevo hábito.

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Dormir de lado no resolverá todos los problemas del mundo, pero sí puede transformar tus noches —y tus días. Si padeces apnea del sueño, dolor de espalda o reflujo, esta posición simple y natural podría marcar la diferencia. Y si aún tienes dudas o el cambio resulta difícil, acudir a un especialista del sueño puede ser el siguiente paso para despertar sintiéndote realmente renovado.

Con información de Natgeo.