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Necronom IV, la madre de Alien que nació de una pesadilla suiza

Esta pintura de 1976 no solo es una obra de arte visualmente impactante, sino también una pieza clave en la historia del cine de ciencia ficción.

Necronom IV, la madre de Alien que nació de una pesadilla suiza

Antes de que el cine nos hiciera temer a una criatura que se esconde en las sombras y acecha en el silencio del espacio, esa figura ya existía en la mente de un artista suizo que convirtió el terror en arte. Hablamos de H.R. Giger y de una de sus obras más inquietantes: Necronom IV, el lienzo que dio origen al temido xenomorfo de Alien.

El nacimiento del “organismo perfecto”

Realizada con aerógrafo sobre una superficie de 100×150 cm, esta pintura de 1976 no solo es una obra de arte visualmente impactante, sino también una pieza clave en la historia del cine de ciencia ficción. Conservada en el Museo HR Giger en Gruyères, Suiza, Necronom IV muestra una figura que parece salir directamente de una pesadilla: un ser híbrido entre insecto, marisco, humano y máquina. Su cuerpo negro, sus huesos marcados, su piel que parece una armadura y su cabeza alargada con forma fálica son señales claras del estilo “biomecánico” que caracteriza la obra de Giger.

Del lienzo al cine

Cuando el director Ridley Scott, junto a Dan O’Bannon y Walter Hill, buscaban al monstruo perfecto para Alien (1979), revisaron cientos de diseños, pero ninguno les convencía… hasta que vieron Necronom IV. Fue amor a primera vista. Ahí estaba, ya creado, el ser que encarnaría los miedos más primitivos de la humanidad: lo desconocido, lo corporal, lo tecnológico, lo erótico y lo letal, todo al mismo tiempo.

Un artista con la mente sumergida en la oscuridad

H.R. Giger, que comenzó como pintor antes de pasar a la escultura y el diseño, no se limitó a inspirar al monstruo: fue quien lo diseñó directamente para el film, usando materiales tan poco convencionales como preservativos, huesos de animales y hasta un cráneo humano real para construir la cabeza del xenomorfo.

Para Giger, lo monstruoso no estaba reñido con lo estético. De hecho, él mismo decía que “un monstruo no es solo algo repugnante; puede tener cierta belleza”. Su fascinación por las criaturas híbridas nació en la infancia, como una forma de procesar las pesadillas oscuras y húmedas que lo atormentaban desde niño. Dibujar era su manera de darles forma y control.

¿Por qué da tanto miedo?

Una curiosidad: en Necronom IV, la criatura aún tiene ojos. Fue Ridley Scott quien sugirió eliminarlos en la versión final del Alien cinematográfico, con la intención de aumentar la sensación de inhumanidad y terror. El resultado fue tan efectivo que el xenomorfo se convirtió en uno de los monstruos más icónicos de todos los tiempos.

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Necronom IV no es solo una obra de arte perturbadora: es el útero del terror moderno. De ella nació una criatura que marcó un antes y un después en el cine, pero también una reflexión sobre cómo el arte puede ser el vehículo más directo para expresar nuestros miedos más profundos. A veces, para crear algo inolvidable, hay que mirar de frente a las pesadillas.

Con información de HA!

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