Impacto de los ciclones tropicales en los cuerpos de agua: beneficios y riesgos

¿Alguna vez has pensado cómo los ciclones, tormentas o incluso una simple lluvia pueden impactar en los cuerpos de agua? Si no lo sabes, aquí te lo contamos.

De acuerdo con la CONAGUA, las lluvias provocadas por los ciclones durante su trayectoria ayudan a llenar las presas y recargar los acuíferos, especialmente en zonas áridas. Esto tiene como resultado un suministro de agua para el consumo humano, la agricultura y la generación hidroeléctrica.

Por otra parte, algunos ciclones que pasan por regiones con sequía pueden llegar a producir cantidades significativas de lluvia, de hasta 10 centímetros, lo que resulta importante para mitigar las condiciones de aridez. Además, los ciclones tropicales tienen la capacidad de limpiar las bahías y otros cuerpos de agua.

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Sin embargo, a pesar de que los ciclones pueden ser beneficiosos para el medio ambiente, también pueden ocasionar daños considerables. Algunas tormentas tropicales pueden destruir viviendas y causar estragos en ciudades, además de provocar inundaciones.

¿Qué son los ciclones tropicales?

Los ciclones tropicales son masas de aire cálido y húmedo con vientos fuertes que giran en forma de espiral alrededor de una zona central. En el hemisferio norte, este giro es en sentido contrario a las manecillas del reloj.

De acuerdo con el CENAPRED, se forman en el mar cuando la temperatura de la superficie supera los 26°C. En México, la temporada de ciclones comienza en mayo en el océano Pacífico, mientras que en el océano Atlántico inicia en junio. En ambos océanos, la actividad concluye a finales de noviembre.

Los ciclones tropicales se clasifican en tres tipos, según la velocidad de sus vientos máximos:

1. Depresión tropical: vientos menores a 63 km/h.
2. Tormenta tropical: vientos entre 63 km/h y 118 km/h.
3. Huracán: vientos mayores a 118 km/h.