La diferencia entre las venas varicosas y las arañas vasculares: y cómo puedes prevenirlas realmente
Factores como la edad, el sobrepeso, la falta de movimiento y cambios hormonales aumentan el riesgo.

CIUDAD DE MÉXICO.- Aunque muchas personas consideran las venas varicosas y las llamadas “arañitas” como un problema meramente estético, la realidad es que existen diferencias importantes entre ambas, algunas incluso con implicaciones graves para la salud. Según el cardiólogo Dr. Randy Gould, de Manhattan Cardiology, la principal distinción radica en el tamaño de las venas afectadas y los síntomas que presentan.
Diferencias clave entre las venas varicosas y las arañitas: más que un tema estético
Las arañitas, también conocidas como telangiectasias, son venas pequeñas y superficiales que no suelen causar dolor. Por lo general, representan un tema visual más que un problema médico. En cambio, las venas varicosas tienden a ser más grandes y pueden provocar síntomas como dolor en las piernas, picazón, sensación de pesadez, fatiga y piel abultada.
Estos síntomas aparecen cuando las válvulas dentro de las venas, que normalmente ayudan a que la sangre fluya hacia el corazón, se debilitan o dañan. Esto genera acumulación de sangre en la vena, aumentando la presión y dando origen a las várices.
Factores de riesgo y hábitos que empeoran el problema
Entre los factores que debilitan las válvulas venosas se encuentran el sobrepeso, la edad avanzada y permanecer mucho tiempo sentado o de pie sin moverse. Según el Dr. Mason Mandy, cirujano certificado y director médico en Metro Vein Centers, mantenerse en una misma posición, ya sea de pie o sentado, permite que la gravedad “jale” la sangre hacia abajo, lo que favorece la aparición de problemas venosos.
Incluso actividades cotidianas como un trayecto largo de pie durante el transporte público pueden influir. Además, los cambios hormonales, como los provocados por el embarazo, la menstruación o el uso de anticonceptivos, también pueden relajar las paredes de las venas, incrementando el riesgo.
Un mito común es que cruzar las piernas causa várices, pero el Dr. Gould aclara que eso no es cierto. Aunque esta postura puede dificultar temporalmente el flujo sanguíneo, no es responsable directa de la formación de venas varicosas.
Prevención, tratamiento y posibles complicaciones
Aunque la genética juega un papel importante en la formación de várices y arañitas, existen maneras de prevenir su aparición o retrasarla. Los especialistas recomiendan llevar una vida activa, hacer ejercicio de forma regular y evitar estar mucho tiempo sin moverse. Además, perder peso y reducir el consumo de sal puede ayudar a disminuir la presión en las venas y evitar la retención de líquidos.
El uso de medias de compresión, aunque poco favorecedor a la vista, mejora la circulación y puede ser clave para quienes pasan mucho tiempo sentados o de pie. “Es sencillo: la compresión mejora la circulación”, explicó el Dr. Scott Walter en redes sociales.
Más allá del aspecto físico, las várices pueden tener consecuencias graves si no se tratan. Entre ellas están las úlceras cutáneas, infecciones en la piel, hemorragias y una afección potencialmente mortal: la trombosis venosa profunda (TVP), que ocurre cuando un coágulo viaja hasta los pulmones y bloquea el flujo sanguíneo, provocando una embolia pulmonar.
Tratamientos modernos para mejorar la salud y el aspecto
Afortunadamente, existen múltiples tratamientos efectivos para quienes ya presentan venas varicosas. Uno de ellos es la ablación endovenosa, que utiliza energía por radiofrecuencia para calentar y cerrar la vena afectada, deteniendo el flujo de sangre por esa vía.
También hay opciones menos invasivas, como una espuma especial con un agente esclerosante llamado polidocanol, que colapsa la pared de la vena para disminuir su visibilidad. Otras técnicas incluyen microcirugías como la microflebectomía y el “stripping” de venas, que eliminan físicamente las secciones dañadas.
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Si bien las arañitas suelen no representar un riesgo para la salud, es importante diferenciar su presencia de las várices y atender oportunamente cualquier síntoma que pueda indicar un problema mayor. Cuidar la salud venosa no solo ayuda a mantener una mejor circulación, sino que también puede prevenir complicaciones graves a futuro.
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