¿Pueden los gatos comer atún? Esto dicen los expertos
Los gatos aman el olor y sabor del atún, pero los expertos advierten que solo debe darse ocasionalmente.

CIUDAD DE MÉXICO.- Pocos aromas llaman tanto la atención de un gato como el que sale de una lata de atún recién abierta. No importa la hora ni el lugar: ese olor basta para que el felino acuda con entusiasmo, esperando una probada. Aunque este comportamiento es común y hasta gracioso, ha llevado a muchos dueños a preguntarse si es realmente bueno alimentar a sus mascotas con este pescado marino.
Una atracción instintiva por el pescado
A pesar de su popularidad entre los gatos, los especialistas en nutrición animal recomiendan ofrecer atún solo de forma ocasional. Aunque tiene ciertos beneficios, su consumo frecuente puede representar riesgos importantes para la salud del animal.
Curiosamente, el gusto por el atún contrasta con los orígenes del gato doméstico. Este desciende de un felino salvaje que vivía en zonas desérticas del Medio Oriente y el norte de África, donde no había peces. Entonces, ¿cómo desarrollaron esa afición por el atún?
Una explicación científica al gusto felino
La respuesta llegó desde la ciencia. Investigadores del Instituto Waltham, en Reino Unido, descubrieron que los gatos poseen una especial sensibilidad al sabor umami, muy presente en el atún. Esta investigación, publicada en la revista Chemical Senses, identificó un receptor en la lengua felina llamado Tas1r1-Tas1r3, que se activa de manera particular con una sustancia llamada IMP.
En los seres humanos, este sistema sensorial se activa principalmente con el glutamato, y el IMP solo potencia el sabor. En los gatos sucede lo contrario: el IMP es lo que primero dispara la respuesta del receptor, y luego se intensifica con aminoácidos como la histidina, abundantes en el atún. Esto explica por qué el sabor de este pescado resulta tan irresistible para ellos.
Con esto claro, surge una nueva pregunta: ¿qué tan conveniente es incluir atún en la dieta de un gato? Según los especialistas, su consumo debe ser esporádico y en pequeñas cantidades, ya que no es un alimento completo ni equilibrado.
Riesgos del atún si se da con frecuencia
El atún puede tener efectos positivos si se utiliza como premio o complemento ocasional. Su alto contenido de humedad ayuda a mantener hidratado al gato y puede estimular su apetito. También puede servir para mejorar el vínculo con la mascota. Sin embargo, si se convierte en un alimento habitual, puede causar problemas.
“El atún al agua puede ser un premio si el gato está sano, pero no debe usarse seguido. Tiene mucho sodio”, explicó Alejandra Lorenzo Smirnoff, veterinaria y docente de la Universidad de Buenos Aires. Además, no aporta algunos nutrientes clave como la taurina o el calcio, lo que puede derivar en enfermedades cardíacas o carencias vitamínicas.
El pescado también puede contener mercurio, un metal pesado que se acumula en el organismo. A largo plazo, si el gato consume atún en grandes cantidades, corre riesgo de intoxicación. Por eso, los expertos recomiendan consultar siempre con un veterinario antes de incluirlo en la dieta habitual del animal.
Consejos para ofrecer atún de forma segura
El atún puede usarse para dar sabor a otros alimentos o como estrategia para introducir nuevas texturas, pero siempre en cantidades pequeñas. Los expertos recomiendan evitar las versiones enlatadas con exceso de sal o aditivos. Además, si la lata está abollada, no debe abrirse, ya que podría estar contaminada.
“El atún de pescadería es más recomendable que el enlatado, aunque sea más caro”, señaló la veterinaria. Por su parte, Sebastián Iveli, profesor en la Universidad Nacional de La Plata, advirtió: “El atún puede elevar la presión arterial del gato por su contenido de sodio. Hay que considerar las necesidades calóricas de cada animal”.
La clave está en el equilibrio. Los alimentos comerciales formulados para gatos ya contienen los nutrientes esenciales. El atún puede formar parte de la rutina alimenticia, pero como un extra, no como la base.
Alimentos peligrosos para los gatos
Más allá del atún, existen otros alimentos comunes que deben evitarse por completo en la dieta felina. Productos como cebolla, ajo, chocolate, uvas, café o aguacate pueden ser tóxicos y provocar desde problemas digestivos hasta fallas renales graves.
También hay que evitar dar huesos cocidos, restos de comida muy salada o grasas animales en exceso. Estos pueden causar obstrucciones intestinales o desequilibrios nutricionales que afectan la salud general del gato.
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Finalmente, algunos dueños ofrecen vísceras como hígado o corazón. Esto tampoco es recomendable. “Esos cortes tienen mucho fósforo y pueden provocar hiperparatiroidismo, una enfermedad que afecta el equilibrio del calcio en el cuerpo del gato”, advirtió Iveli. La mejor decisión siempre será consultar con un veterinario antes de hacer cualquier cambio en su alimentación.
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