El misterioso objeto que descubrieron en su cabeza tras un dolor de cabeza persistente

Margret Wegner, una mujer alemana de 59 años, vivió durante 55 años con un fragmento de lápiz incrustado en su cabeza, producto de un accidente infantil. En 1962, cuando tenía solo 4 años, Margret se cayó mientras llevaba el lápiz en la mano, lo que provocó que este atravesara su mejilla y se alojara en su cerebro, justo por encima del ojo derecho.

Durante más de cinco décadas, Margret sufrió dolores de cabeza crónicos y hemorragias nasales, pero no fue hasta 2012 que la tecnología médica avanzada permitió que los cirujanos en Berlín pudieran localizar el lápiz y retirar la mayor parte de él. La operación, dirigida por el profesor Hans Behrbohm, un especialista en cirugía endoscópica de los senos paranasales, duró dos horas y fue un éxito. Sin embargo, una sección de 2 centímetros del lápiz seguía tan incrustada que no pudo ser extraída. Afortunadamente, esta parte del objeto no representaba un peligro para la salud de Margret.

Behrbohm explicó que el lápiz se encontraba encapsulado en tejido blando, lo que lo hacía relativamente inofensivo. Gracias a técnicas quirúrgicas modernas y una reconstrucción 3D del cráneo de la paciente, se pudo realizar la operación sin mayores riesgos. El profesor aseguró que Margret ahora está libre de dolor, sus hemorragias nasales han cesado y su sentido del olfato está regresando, el cual había sido bloqueado por pólipos nasales.

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Lo más impresionante de este caso es que, cuando ocurrió el accidente, los médicos no podían operar debido a la proximidad del lápiz al cerebro y a las zonas vitales. Sin embargo, tras todos estos años, Margret finalmente podrá llevar una vida sin los sufrimientos que la acompañaron por tanto tiempo.

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Este caso no solo impactó a la opinión pública, sino también al mundo médico, por tratarse de una prueba más de cómo el cuerpo humano puede adaptarse a circunstancias extremas durante años sin colapsar.