Chica frente al espejo: La pintura de Sergius Pauser que nos invita a ser el espejo
Sergius Pauser, un pintor austríaco que nunca fue completamente comprendido por el régimen nazi, se destacó como uno de los grandes exponentes de la Nueva Objetividad en Viena.
En el Leopold Museum de Viena, se encuentra una obra que, a primera vista, podría describirse como austera y contenida. Su título original, Mädchen vor dem Spiegel (Chica frente al espejo), refleja esa simplicidad que caracteriza el trabajo de Sergius Pauser. Esta pieza, pintada al óleo y con un tamaño de 92,7 x 73,3 cm, es un ejemplo emblemático de la Neue Sachlichkeit (Nueva Objetividad), un movimiento artístico surgido en Alemania que despojaba a las obras de emociones evidentes para crear una representación aparentemente objetiva de la realidad.
Sin embargo, aunque la sobriedad es lo primero que se percibe, el verdadero encanto de la obra reside en la sutilidad con la que explora las emociones humanas. La joven se peina frente al espejo, y somos nosotros quienes asumimos el papel de ese espejo, proyectando en su reflejo una gama de sentimientos: tristeza, aburrimiento, miedo, nervios o incluso esperanza. Es una experiencia en la que las emociones no están explícitamente plasmadas en la tela, pero se sienten profundamente en la contemplación.
Sergius Pauser, un pintor austríaco que nunca fue completamente comprendido por el régimen nazi, se destacó como uno de los grandes exponentes de la Nueva Objetividad en Viena. Su estilo, definido por la sobriedad, resultaba perfecto para revelar lo que el escritor Thomas Bernhard describió como “las sensibilidades más ocultas de lo poético”. En Chica frente al espejo, esa sobriedad crea una atmósfera casi zen, donde la calma y la inmovilidad parecen apoderarse de la escena, como si el tiempo se hubiera detenido en el acto simple y cotidiano de peinarse.
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Lo más intrigante de esta obra es que no hay un sentido de urgencia. Todo en ella sugiere quietud, una meditación tranquila en la que la joven parece suspendida entre el acto y la reflexión, sumergida en una especie de equilibrio emocional. Pauser nos invita a contemplar con paciencia y a descubrir lo que se esconde bajo la aparente calma de la imagen: una exploración de la condición humana que, lejos de ser neutral, está impregnada de una profunda sensibilidad.
Con información de HA!
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