¿Te defiendes asertivamente o eres una persona problemática? Estas son algunas claves para saber si eres ofensivo o asertivo
Cómo identificar si tu actitud es una defensa sana o estás generando conflictos innecesarios.
En las relaciones personales y profesionales, enfrentarse a situaciones incómodas o conflictivas es inevitable. Sin embargo, la forma en que respondemos puede marcar una gran diferencia.
Es común preguntarse si estamos actuando de manera asertiva, defendiendo nuestros derechos de forma adecuada, o si nuestras reacciones son problemáticas y generan conflictos innecesarios.
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Asertividad: definición y claves para identificarla
La asertividad es una habilidad social que implica expresar de manera clara y respetuosa los propios sentimientos, deseos y necesidades, sin atacar o menospreciar a los demás.
Según psicólogos, las personas asertivas logran equilibrar su derecho a defenderse con el respeto hacia los demás, evitando caer en actitudes pasivas o agresivas. Un comportamiento asertivo busca siempre el diálogo constructivo y la solución de conflictos de manera equitativa.
Claves para identificar la asertividad:
- Respetas la opinión y los sentimientos de los demás.
- Te comunicas de forma clara y directa, sin elevar la voz ni recurrir a insultos.
- Eres capaz de decir “no” sin sentir culpa o ceder a la presión.
- Mantienes la calma incluso en situaciones tensas.
La delgada línea entre ser asertivo y ser conflictivo
Es fácil confundir la asertividad con la agresividad. Las personas problemáticas suelen interpretar que cualquier respuesta fuerte o directa es válida si sienten que tienen la razón, pero la agresividad genera un ambiente tóxico, llevando a discusiones que escalan rápidamente. El conflicto es continuo porque el foco está en ganar la discusión, no en resolver el problema.
Señales de un comportamiento problemático:
- Interrumpes constantemente o no permites que otros hablen.
- Tu tono de voz es condescendiente, sarcástico o despectivo.
- Buscas imponer tu punto de vista sin considerar otras perspectivas.
- Tiendes a elevar la tensión, llevando las discusiones a niveles innecesarios.
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El papel de la autoevaluación emocional
La forma en que manejamos nuestras emociones también juega un papel clave. En situaciones de conflicto, detenerse a reflexionar sobre lo que sentimos y por qué lo sentimos puede ser un buen primer paso para actuar con asertividad.
Una autoevaluación sincera permite identificar si el malestar proviene de un daño real o si simplemente estamos reaccionando de manera exagerada por estrés o frustración acumulada.
Estrategias para ser más asertivo
Adoptar una actitud asertiva requiere práctica y, en muchos casos, autoconciencia. Las técnicas como la escucha activa, el uso de “yo” en lugar de “tú” al expresar desacuerdos (“Yo siento que…” en lugar de “Tú siempre haces…”) y el control de las emociones son esenciales para mantener el equilibrio en una conversación difícil.
Defenderse no significa atacar ni ganar a toda costa. La asertividad es una herramienta clave para mantener relaciones sanas y evitar convertirse en una persona conflictiva. Evaluar nuestras reacciones y buscar mejorar nuestra comunicación nos ayudará a manejar mejor las situaciones desafiantes sin crear tensiones innecesarias.
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