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¿El excremento de ballena es la cosa más valiosa en el oceano?

Las ballenas a través de sus excreciones, enriquecen las aguas superficiales con hierro.

¿El excremento de ballena es la cosa más valiosa en el oceano?

CIUDAD DE MÉXICO.- En la historia reciente, circula una leyenda sobre James Bartley, un cazador de ballenas que, supuestamente, fue tragado por una de estas gigantescas criaturas en 1891 y sobrevivió 36 horas en su interior antes de ser rescatado. Si bien este tipo de relatos suelen alimentar la imaginación popular, la realidad sobre las ballenas es mucho más sorprendente y compleja. En lugar de centrarse en estas historias fantásticas, los científicos han descubierto que las ballenas juegan un papel mucho más importante en el ecosistema marino de lo que se creía.

Las ballenas no solo son parte de las cadenas alimenticias del océano, sino que también tienen una influencia directa en la salud del ecosistema marino y, sorprendentemente, en el cambio climático. A través de sus excreciones, que contienen hierro, las ballenas fomentan el crecimiento de fitoplancton, organismos microscópicos que son esenciales para la vida en el océano y para el planeta. El fitoplancton realiza fotosíntesis y, al hacerlo, no solo genera oxígeno, sino que también ayuda a absorber dióxido de carbono, un gas clave en el calentamiento global.

El ciclo natural de nutrientes

Este proceso, conocido como la “bomba de hierro”, es fundamental para la vida marina. Las ballenas consumen grandes cantidades de krill y otros organismos pequeños que habitan en aguas profundas. Al regresar a la superficie para respirar, excretan los restos de su comida, enriqueciendo las aguas superficiales con hierro y otros nutrientes que el fitoplancton necesita para prosperar. Sin este ciclo, las aguas superficiales carecerían de los nutrientes necesarios para sostener las formas de vida que dependen del fitoplancton.

Cuando las poblaciones de ballenas fueron drásticamente reducidas por la caza comercial, este delicado equilibrio ecológico se vio afectado. La disminución en el número de ballenas significó menos hierro en las aguas superficiales, lo que resultó en una reducción del crecimiento de fitoplancton. Dado que estos organismos microscópicos producen hasta la mitad del oxígeno del mundo y son fundamentales en la captura de carbono, la pérdida de ballenas tiene consecuencias a largo plazo no solo para la vida marina, sino también para los humanos.

La solución: proteger a las ballenas para combatir el cambio climático

En los últimos años, las ballenas han comenzado a recuperarse lentamente, gracias a las regulaciones internacionales que prohíben la caza comercial. Sin embargo, aún queda mucho trabajo por hacer. La protección de las ballenas no solo implica la prohibición de su caza, sino también la adopción de prácticas de pesca y navegación más seguras, y la limpieza de los océanos, que actualmente están plagados de contaminación.

El impacto positivo de un mayor número de ballenas en el océano no solo beneficiaría al ecosistema marino, sino que también tendría un efecto directo en la lucha contra el cambio climático. Al permitir que las ballenas continúen su ciclo natural de nutrientes, los océanos podrían aumentar su capacidad de capturar carbono, lo que contribuiría a mitigar el calentamiento global.

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En resumen, las ballenas son mucho más que majestuosos habitantes del océano. Su papel en la preservación del ecosistema marino y su impacto en el clima global son esenciales. Protegerlas y fomentar su recuperación no es solo un acto de conservación, sino una estrategia vital para el futuro de nuestro planeta.

Con información de este video de TED-Ed:

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