Mona Lisa: A 113 años de su robo y cómo se convirtió en un icono en la historia del arte

FRANCIA.-El 22 de agosto de 1911, el Museo del Louvre fue escenario de uno de los robos más audaces y emblemáticos de la historia del arte: la desaparición de la Mona Lisa. La obra maestra de Leonardo Da Vinci, reconocida pero no universalmente famosa, fue sustraída sin que nadie lo notara en un primer momento.

El lunes anterior, el museo había estado cerrado, y el movimiento de obras para ser fotografiadas era común, por lo que la ausencia del cuadro pasó desapercibida hasta el día siguiente.

La noticia del robo se esparció por todo el mundo.

La noticia del robo pronto se esparció por todo el mundo, ocupando las portadas de los principales diarios. Inicialmente, se especuló que el robo podría ser un chantaje o una protesta por las deficientes medidas de seguridad del museo. Incluso, los jóvenes artistas Pablo Picasso y Guillaume Apollinaire fueron detenidos e interrogados debido a sus ideas rebeldes contra las instituciones artísticas, aunque finalmente no se les encontró culpables. A medida que pasaban los meses sin rastro de la obra, la desesperación aumentaba.

La gente acudía al museo para contemplar el vacío de la obra.

Mientras tanto, el escándalo generó una inesperada popularidad para la Mona Lisa. El retrato, que ya era apreciado, comenzó a ganar una fama que trascendió fronteras. Multitudes acudían al Louvre para contemplar el vacío que había dejado la obra. La pintura aparecía en diarios, se convertía en un reclamo publicitario y hasta inspiraba películas. Para cuando el museo reabrió sus puertas, la Gioconda había dejado de ser solo una obra de arte; se había transformado en un símbolo cultural global.

Finalmente, en noviembre de 1913, la Mona Lisa reapareció en circunstancias tan sorprendentes como su desaparición. Un hombre que se hacía llamar “Leonardo” contactó al director de la Galería de los Uffizi y a un marchante de arte en Florencia, afirmando que tenía en su poder el cuadro robado. Tras verificar la autenticidad de la pintura, la policía arrestó al ladrón, que resultó ser Vincenzo Peruggia, un ex trabajador del Louvre. Peruggia afirmó que su motivación era política: quería devolver la obra a Italia, su verdadero hogar.

Antes de ser devuelta a París, la Mona Lisa fue exhibida en Florencia, Roma y Milán, atrayendo a multitudes curiosas. El 4 de enero de 1914, finalmente regresó al Louvre, con Peruggia cumpliendo una condena de apenas siete meses en prisión. Aunque se especuló que podría haber habido un cómplice o un plan más elaborado detrás del robo, estas teorías nunca se comprobaron.

El robo de la Mona Lisa no solo fue un evento de impacto internacional, sino que catapultó a la pintura a un estatus sin precedentes. La imagen de la Gioconda se reprodujo innumerables veces y su historia se volvió un mito en sí misma. Lo que había comenzado como un robo terminó consolidando a la Mona Lisa como el ícono indiscutible que es hoy, un símbolo que sigue fascinando a millones de personas alrededor del mundo.