¿Sabías que en los Juegos Olímpicos de París 1924, además de las competencias deportivas, se premiaban obras literarias?

Esta peculiaridad, hoy casi olvidada, nos revela una faceta poco conocida de los Juegos Olímpicos y nos invita a reflexionar sobre la evolución de este evento a lo largo del tiempo.

En un intento por acercar el deporte a las artes y crear un discurso épico para la nueva religión pagana de la modernidad, el barón Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos modernos, decidió incluir la literatura como disciplina olímpica. Treinta y dos escritores, entre ellos nombres tan destacados como Henry de Montherlant y Robert Graves, compitieron por el oro, la plata y el bronce con obras inspiradas en el ideal deportivo.

Los Juegos de París 1924 fueron un hervidero de novedades. Además de la literatura, los concursos de arte formaban parte del programa oficial, premiando obras de arquitectura, escultura, pintura y música.

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La Villa Olímpica, una novedad para la época, ofrecía a los atletas un alojamiento cómodo y servicios como oficina de correos, peluquería y restaurante. La cobertura mediática también experimentó un gran avance, con cientos de periodistas acreditados para cubrir el evento.

Aunque muchas de estas innovaciones no se mantuvieron en ediciones posteriores, los Juegos de 1924 sentaron las bases para el espectáculo global que conocemos hoy. La película “Carrozas de Fuego”, inspirada en las hazañas de los velocistas británicos Harold Abrahams y Eric Liddell en París 1924, es un claro ejemplo de cómo este evento ha dejado una huella imborrable en la cultura popular.

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París 2024: Un siglo después

Cien años después, París vuelve a ser la anfitriona de los Juegos Olímpicos. Si bien muchas cosas han cambiado, el espíritu olímpico sigue vivo.

Los Juegos Olímpicos de París 1924 y 2024, separados por un siglo, comparten la misma ciudad anfitriona pero presentan notables diferencias. Mientras que en 1924 se incluían disciplinas tan inusuales como la literatura y los concursos de arte, en 2024 se ha optado por un programa más centrado en los deportes tradicionales. La Villa Olímpica, que en 1924 era una novedad con chalets de madera, ha evolucionado hacia complejos deportivos de última generación, que no ha estado excenta de polémicas y quejas por parte de los atletas. Asimismo, la cobertura mediática ha pasado de unos pocos cientos de periodistas a una audiencia global de millones, aún así Francia no dejó relegado el arte en esta edición, por lo que tuvo una controvertida ceremonia de inicio en los Juegos Olimpicos.