El oscuro negocio de los alimentos adulterados: ¿Qué hay detrás de lo que comemos?

¿Alguna vez te has preguntado si lo que comes es realmente lo que dice la etiqueta? Un video viral reciente que mostraba la fabricación de anacardos falsos a partir de una masa frita causó revuelo en las redes sociales. Pero más allá de la anécdota curiosa, este hecho pone de relieve un problema preocupante: el fraude alimentario.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) estima que el 1% de todos los alimentos producidos en el mundo sufren algún tipo de adulteración, lo que genera pérdidas anuales de alrededor de 40 mil millones de dólares.

¿Qué hay detrás de este engaño masivo? ¿Cómo podemos estar seguros de la calidad de los alimentos que consumimos a diario?

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Los 10 alimentos más adulterados

Un estudio publicado en 2024 analizó más de 15 mil registros públicos e identificó los 10 alimentos más propensos al fraude alimentario:

Leche de vaca

Aceite de oliva extra virgen

Miel

Carne de res

Chile en polvo

Aceite de oliva sin especificación de calidad

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Cúrcuma en polvo

Leche en polvo

Vodka

Ghee (mantequilla clarificada)

El fraude alimentario es la modificación deliberada de un producto alimenticio con el objetivo de obtener un beneficio económico. Esta adulteración puede incluir:

• Añadir ingredientes más baratos para aumentar el rendimiento, como agua o almidón en la leche.
• Sustituir ingredientes de mayor calidad por otros más económicos, como aceites vegetales en el aceite de oliva.
• Agregar aditivos artificiales para mejorar la apariencia, como colorantes en los camarones.
• Omitir o tergiversar información en la etiqueta, como no mencionar la presencia de alérgenos o declarar falsamente que un producto es orgánico.

El fraude alimentario tiene graves consecuencias para la salud pública, la economía y la confianza de los consumidores. Por ejemplo:

• Las personas alérgicas pueden sufrir reacciones graves al consumir alimentos que contienen ingredientes no declarados en la etiqueta.
• Los consumidores pagan precios más altos por productos que no son lo que dicen ser.
• Se genera desconfianza en la industria alimentaria y en los organismos reguladores.

El fraude alimentario puede ser cometido por diferentes actores de la cadena alimentaria, desde grandes empresas hasta pequeños productores. Las motivaciones principales suelen ser económicas, buscando aumentar las ganancias mediante la reducción de costos.

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¿Cómo detectar el fraude?

Como consumidores, podemos tomar algunas medidas para protegernos del fraude alimentario:

• Sospechar de precios excesivamente bajos.
• Leer atentamente las etiquetas y verificar los sellos de calidad.
• Estar atentos a cambios en el sabor, textura o aroma de los alimentos habituales.
• Denunciar ante las autoridades cualquier sospecha de fraude.

Con información de la BBC.