La ebriedad de Noé: Una escena bíblica pintada por Miguel Ángel
Fiel a su estilo, Miguel Ángel representa a Noé y, curiosamente, también a sus hijos, en un desnudo que resalta su habilidad para plasmar la figura humana.
En el vasto repertorio de historias bíblicas, pocas escenas son tan singulares como la embriaguez de Noé. Según el relato bíblico, Noé, el patriarca conocido por construir el arca para salvar a la humanidad y a los animales del diluvio, también tiene el mérito de ser el primer viticultor de la historia.
Después de plantar una viña y disfrutar del fruto de su trabajo, Noé experimenta los efectos del vino de manera intensa, quedándose completamente desnudo en su tienda. Su hijo Cam, al ver a su padre en este estado, corre a informar a sus hermanos Sem y Jafet. Estos, con gran respeto, cubren a su padre sin mirarlo directamente, demostrando un ejemplo de cuidado y respeto hacia los seres queridos, incluso en situaciones embarazosas.
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Miguel Ángel, en su magistral obra en la Capilla Sixtina, captura esta narrativa en dos escenas distintas. A la izquierda, vemos a Noé cultivando la tierra, y a la derecha, en un estado de ebriedad. Fiel a su estilo, Miguel Ángel representa a Noé y, curiosamente, también a sus hijos, en un desnudo que resalta su habilidad para plasmar la figura humana.
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