¿De dónde vienen las migrañas? Científicos hacen nuevo descubrimiento sobre su origen
Investigación en ratones descubre una ruta previamente desconocida entre el cerebro y los nervios periféricos, clave para entender las migrañas
Más de mil millones de personas al año sufren migrañas, y una cuarta parte de ellas experimenta auras, esas extrañas señales de advertencia que aparecen antes o durante una migraña, como luces brillantes, sonidos inexistentes, o una sensación de hormigueo. Durante años, los científicos se han preguntado cómo estas auras están conectadas con las migrañas. Ahora, un estudio reciente en ratones podría haber encontrado la respuesta.
Los investigadores han descubierto una nueva ruta entre el cerebro y los nervios periféricos que podría explicar esta conexión.
Esta investigación, publicada el 4 de julio en la revista Science, revela cómo el cerebro se comunica con los nervios periféricos a través de un grupo de neuronas llamado ganglio trigémino. Este conjunto de células transmite señales desde los nervios de la cara y la mandíbula hacia el cerebro, conectándose alrededor del tronco cerebral.
Aquí está lo interesante: se sabe que las auras están relacionadas con la “depresión cortical propagada”, ondas de actividad anormal que recorren el cerebro y desactivan temporalmente ciertas neuronas. Estas ondas liberan sustancias químicas en el líquido cefalorraquídeo (LCR), que rodea y protege el cerebro. Pero, ¿cómo llegan estas sustancias químicas a activar los nervios del dolor?
El nuevo estudio revela que el LCR y las moléculas dentro de él pueden escapar del cerebro a través del ganglio trigémino, permitiendo que estas moléculas lleguen a los nervios periféricos y desencadenen el dolor.
El experimento
Los investigadores utilizaron ratones genéticamente modificados cuyas neuronas brillan en presencia de calcio, un elemento crucial para la transmisión de señales eléctricas en el cerebro. Al observar el ganglio trigémino, inyectaron un marcador en el cerebro de los ratones para rastrear el flujo de LCR y activaron las neuronas introduciendo una sustancia que permite el flujo de calcio.
El LCR apareció en el ganglio trigémino unos cuatro minutos después de la inyección, seguido por un aumento significativo en la actividad impulsada por el calcio. Esto proporcionó evidencia directa de que el LCR puede transportar moléculas fuera del cerebro a través de este canal.
La conexión con las migrañas
Los investigadores demostraron que la depresión cortical propagada puede aumentar el flujo de LCR en el área afectada, transportando más proteínas y otras moléculas al ganglio trigémino de lo normal. Muchas de estas proteínas son responsables del dolor y la inflamación.
Durante la fase de aura, se liberan proteínas que pueden activar y sensibilizar los nervios sensoriales, transportándose al ganglio trigémino y activando los nervios que median el dolor, según Martin Kaag Rasmussen, autor del estudio y becario postdoctoral en la Universidad de Copenhague.
De las 12 proteínas identificadas que activan los nervios del dolor, solo una, el péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP, por sus siglas en inglés), es un objetivo actual para las terapias contra la migraña. Los medicamentos que bloquean la función del CGRP alivian los síntomas de la migraña en aproximadamente la mitad de los pacientes, dejando a millones de personas sin un tratamiento efectivo.
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