El enigma de los últimos mamuts: ¿Qué los condujo a su desaparición?

Hace unos 9.200 años, un grupo reducido de mamuts quedó aislado en la isla de Wrangel, al norte de Siberia, debido al deshielo que elevó las aguas. Este aislamiento debería haber llevado a su extinción por endogamia, pero, sorprendentemente, los mamuts prosperaron, alcanzando una población de unos 300 individuos en solo 20 generaciones.

Un estudio reciente publicado en la revista Cell analizó el genoma de 21 mamuts de diferentes períodos, desde hace más de 50.000 años hasta hace 4.300 años. Los resultados mostraron un estrecho cuello de botella genético, con todos los mamuts de Wrangel descendiendo de una única matriarca. A pesar de la endogamia y la disminución de la diversidad genética, lograron mantener una población estable durante miles de años.

La investigación reveló que, aunque la endogamia incrementó ciertas mutaciones genéticas, esto no condenó a los mamuts. Los mamuts de Wrangel acumulaban mutaciones, algunas perjudiciales, pero lograron purgar las más dañinas. Esto sugiere que la genética, aunque compleja, no fue la causa de su extinción.

La desaparición de los mamuts de Wrangel, ocurrida hace unos 4.000 años, sigue siendo un misterio. Los científicos descartan factores climáticos y la caza humana, ya que no hay pruebas de que los humanos cazaran mamuts en la isla y nuestra especie llegó allí unos 300 años después de la extinción de los mamuts. Los investigadores especulan que un evento breve y repentino, como un brote de enfermedad o un clima extremadamente adverso, podría haber causado su colapso final. La baja diversidad en genes relacionados con la respuesta inmune sugiere una posible vulnerabilidad a enfermedades.

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El misterio de los últimos mamuts aún no se ha resuelto por completo, pero los avances en genómica y el análisis de ADN antiguo siguen ofreciendo pistas cruciales para entender mejor su desaparición. Quizá futuros estudios logren desvelar finalmente este enigma.

Con información de EL PAÍS.