MÉXICO.- El familiar teclado QWERTY, omnipresente en nuestros dispositivos digitales, tiene sus raíces en una historia que se remonta al siglo XIX. Vamos a explorar cómo este diseño no convencional se convirtió en el estándar que conocemos hoy en día.

Antes de la era de los ordenadores, las máquinas de escribir reinaban en el mundo de la comunicación escrita. Sin embargo, los mecanógrafos habilidosos enfrentaban un problema: las teclas, dispuestas en orden alfabético, chocaban entre sí al escribir rápidamente, causando atascos molestos.

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El cambio: Christopher Sholes.

En 1868, Christopher Sholes, un inventor estadounidense, presentó una solución innovadora: el teclado QWERTY. Sholes reorganizó las teclas estratégicamente, alejando las letras más comunes del centro y distribuyéndolas en los extremos. De esta manera, las teclas más utilizadas, como “E”, “T” y “A”, quedaron en posiciones menos accesibles, reduciendo los atascos y mejorando la velocidad de escritura.

Lo curioso

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La empresa Remington, conocida por fabricar revólveres, adoptó este diseño y produjo la primera máquina de escribir con teclado QWERTY en 1873. A pesar de la llegada de los ordenadores, el diseño QWERTY se mantuvo como estándar debido a la inercia histórica y la resistencia al cambio. Reemplazarlo habría sido costoso y confuso para los usuarios, lo que llevó a su persistencia a lo largo del tiempo.

Además, existen variantes regionales del teclado, como el AZERTY en Francia y el QWERTZ en Alemania, que reflejan las diferencias en la frecuencia de uso de ciertas letras en diferentes idiomas.

El teclado QWERTY, originalmente diseñado para resolver problemas mecánicos, se ha convertido en una parte inseparable de nuestra cultura digital. Aunque su origen fue pragmático, su legado perdura en la forma en que escribimos y nos comunicamos en la era digital.