Mujer tatuadora filipina de 106 años posó para Vogue

FILIPINAS.- En abril de este año Vogue Filipinas sorprendió al mundo anunciando que Apo Whang-Od, una artista del tatuaje de 106 años de edad, será la protagonista de su edición de abril. Este hito convierte a Whang-Od en la persona de mayor edad en aparecer en la portada de esta prestigiosa revista.

Whang-Od, también conocida como Maria Oggay, ha estado perfeccionando el arte del tatuaje a mano desde que era una adolescente, bajo la tutela de su padre. Reside en la remota aldea montañosa de Buscalan, en la provincia de Kalinga, al norte de Manila, y es considerada la mambabatok, o tatuadora tradicional, más antigua de Filipinas.

Históricamente, Whang-Od creaba tatuajes a mano con una vara de bambú, una espina de pomelo, agua y carbón, principalmente para guerreros indígenas butbut. Sin embargo, en la actualidad, gran parte de su clientela está compuesta por visitantes internacionales que buscan sus diseños geométricos característicos. Ha impreso los símbolos de la tribu Kalinga, que representan fuerza, valentía y belleza, en la piel de miles de personas que han peregrinado hasta Buscalan.

Este arte ancestral solo puede ser transmitido a parientes consanguíneos, y Whang-Od ha estado formando a sus sobrinas nietas Elyang Wigan y Grace Palicas en la tradición del tatuaje. Ella afirma que seguirá tatuando mientras pueda ver bien y que la tradición continuará siempre que las personas sigan acudiendo a ella.

La redactora en jefa de Vogue Filipinas, Bea Valdés, comentó que el equipo de la revista decidió unánimemente que Whang-Od debía ser la portada de la edición. Valdés destacó que la elección de Whang-Od representa los ideales de belleza de la cultura filipina y promueve la evolución de conceptos de belleza más inclusivos y diversos.

Antes de Whang-Od, Judi Dench ostentaba el récord de la modelo de mayor edad en aparecer en la portada de Vogue, al protagonizar la portada de British Vogue en 2020 a la edad de 85 años.

El legado de Whang-Od y su contribución a la identidad filipina a través de su arte del tatuaje son indiscutibles. A medida que esta tradición milenaria se mantiene viva en su comunidad y se proyecta a nivel internacional, su impacto continúa siendo un testimonio de la riqueza cultural y la importancia de preservar las tradiciones indígenas en un mundo en constante cambio.