Ecuador despide el año 'a todo color' con caretas y quema de 'monigotes'
El fin de año en Ecuador es de lo más colorido.
De hecho, para muchos turistas es como estar en carnaval, porque entre las actividades que se realizan figura la quema del 'monigote', un muñeco que representa al año viejo; a lo que se suma la salida de las 'viudas', hombres vestidos de mujer, y los disfraces y caretas en general.
La principal tradición es la quema del 'monigote', un muñeco que representa a los políticos más sonados del momento, a alguna persona que haya hecho algo relevante en los últimos meses o, simplemente, a superhéroes y personajes de series animadas.
Nadie sabe exactamente cuándo comenzó la tradición, pero en el colectivo está arraigado el año 1895, durante el gobierno de Eloy Alfaro.
El objetivo es solo uno: someter al fuego todo lo que se quiera dejar atrás. El monigote se quema unos minutos antes de que culmine el año, aunque también se hace en las fiestas de empresas o de amigos, entre el 26 y el 30 de diciembre.
"El monigote original estaba hecho con ropa vieja y se le rellenaba con aserrín o papel periódico, para que se quemara más rápido; incluso lo hacíamos en la casa con lo que queríamos desechar ese año", cuenta Fanny González, una profesora jubilada que pregunta precios de los muñecos en la avenida América de Quito, la arteria vial donde más se venden en esta ciudad.
Estos 'años viejos' tradicionales, a los que se le añade una cara del personaje seleccionado, aún los hacen; pero en los últimos años se han sumado los monigotes más elaborados, principalmente en Guayaquil, en la costa de Ecuador.
Los muñecos que se exhiben en esa ciudad, donde incluso se establece una ruta turística para verlos, alcanzan hasta los 7 metros de altura y están hechos de cartón, goma y papel de períodico.
Cuidadosamente pintados, guardan un gran parecido con el personaje que representan, casi siempre un superhéroe.
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