Esta gigantesca rana era capaz de comer dinosaurios
Hace 68 millones de años existía una monumental rana del tamaño de una pelota hinchable de playa con un mordisco tan potente que era capaz de cazar y devorar pequeños dinosaurios allá por el Cretácico Tardío.
Se trata de Beelzebufo ampinga y, sin duda, es la rana más grande de la que se tiene conocimiento hasta ahora, según reza en el estudio publicado por un equipo de científicos de la Universidad Estatal Politécnica de California en Pomona (California) y la Universidad de Adelaida (Australia) en la revista Scientific Reports.
Usando sus similitudes con las ranas actuales Ceratophrys, los científicos han detallado el pasado de este voluminoso anfibio, que era mucho mayor que cualquier rana que podamos ver en la actualidad, indica
También conocida como 'rana diablo', Beelzebufo ampinga medía más de 40 centímetros de largo y pesaba alrededor de 4.5 kilogramos. Iba ataviada con una poderosa armadura (ampinga) y una hercúlea y ancha mandíbula. Los científicos creen que debió ser la rana más grande jamás vista.
Su nombre significa: beelze = diablo, en griego, bufo = sapo, en latín y ampinga = escudo
Parecida a las ranas Ceratophrys actuales (conocidas comúnmente como ranas Pac-Man por su cuerpo redondo y su amplia boca, similar al personaje del conocido videojuego), los expertos emplearon los conocimientos sobre estas para determinar la fuerza de la mordedura de la vetusta Beelzebufo.
Utilizaron un transductor de fuerza hecho a la medida, con dos placas cubiertas con cuero. Cuando la rana muerde en las placas, puede detectarse con precisión la fuerza de la mordedura.
Una rana Ceratophrys moderna, con una anchura de cabeza de 4,5 centímetros, tiene una fuerza de mordisco de 30 Newtons, o aproximadamente 3 kilogramos. Esto permite que la rana, una vez que ha capturado a su presa con su lengua pegajosa, pueda asegurar firmemente el alimento en movimiento entre sus mandíbulas poderosas, apretándolo e imposibilitando que se escape.
"A diferencia de la gran mayoría de las ranas que tienen mandíbulas débiles y habitualmente consumen pequeñas presas, las ranas cornudas emboscan animales tan grandes como ellos mismos - incluyendo otras ranas, serpientes y roedores, y sus poderosas mandíbulas juegan un papel crítico en agarrar y dominar a la presa", comenta Marc Jones, coautor del trabajo.
El método de escalado usado para determinar la fuerza de mordida de estas ranas, uniendo la fuerza de la mordida al tamaño del cuerpo y de la cabeza, es también consistente con los resultados encontrados para otros animales, incluyendo peces, reptiles y roedores.
Así, al extrapolar los resultados de la fuerza de mordida al tamaño de la boca de Beelzebufo, con unos 15.4 centímetros de ancho, los científicos identificaron una fuerza de mordida de hasta 2.200 Newtons (alrededor de 224 kg). Esto es, la fuerza de su mordisco sería comparable a la de las actuales tortugas toro.
"Con esta fuerza de mordedura, Beelzebufo habría sido capaz de someter a los dinosaurios pequeños y juveniles que compartían su entorno", expone Jones.
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