Podrían traer de vuelta a la vida a las extintas tortugas gigantes
Las buenas noticias continúan llegando para las tortugas gigantes de Las Galápagos.
Primero vimos cómo, y por primera vez en más de 100 años, nacieron de forma salvaje varios ejemplares de tortugas gigantes de la subespecie Chelonoidis ephippium en la Isla Pinzón.
Luego fuimos testigos del descubrimiento de una nueva especie de tortuga gigante en la isla Santa Cruz, y ahora podríamos ver cómo una emblemática especie de Las Galápagos vuelve a la vida.
Probablemente hayas escuchado nombrar al solitario George, la última tortuga de la especie Chelonoidis nigra Abingdonii cuya muerte el 24 de junio de 2012, significó la extinción de su especie.
George vivió 40 años en el Centro de Crianza y Reproducción en Cautiverio, en la isla Santa Cruz después de ser encontrado en 1971, y pese a la exhaustiva búsqueda que se realizó para encontrarle una pareja para aparearse, nunca se encontró otro ejemplar para lograr su reproducción.
Pero esta tortuga de más de 80 años de vida, tenía un As bajo la manga con la que los científicos no contaban.
Aparentemente George fue todo un galán, ya que un grupo de investigadores de Yale cree que su ADN puede permanecer “vivo” en otras tortugas híbridas que han sido encontradas en otras islas de las galápagos. Aunque aún no está claro si el ADN realmente pertenece a George o a otro de sus parientes de la especie Chelonoidis Abingdonii arrojados por la borda por barcos hace más de 150 años, cuando las tortugas muchas veces eran capturadas por barcos pesqueros y piratas quienes las cazaban para alimentarse de su carne y utilizar sus caparazones como lastre en largos viajes.
Gracias a la toma de muestras de más de mil 600 tortugas viviendo en los alrededores del volcán Wolf en la isla Isabela, se encontró que al menos 89 de estas contenían genes de las tortugas Floreanas (también consideradas extintas) y otras 17 contenían altas concentraciones de ADN de la especie de tortuga de las galápagos Pinta Chelonoidis nigra abingdonii, es decir la especie de Solitario George.
Ahora, el pasado mes de noviembre de 2015, los científicos regresaron a la isla para encontrar a estas tortugas, capturarlas y separar a aquellas que contienen mayores concentraciones de ADN de aquellas especies extintas para introducirlas en un programa de reproducción.
Uno de los principales investigadores de la expedición de Yale y el genetista del equipo, Adalgisa Caccone, ha señalado que el tamaño de la población que existe es asombroso.
De hecho, los científicos creen que en un par de generaciones debería ser posible obtener crías con un 95% de los genes “perdidos” de sus ancestros.
Fuente: SDP Noticias