Mujer se vistió como hombre durante 43 años

Sisa Abu Daooh tuvo que vestir como un hombre durante más de cuatro décadas para dar de comer a sus hijos. Esta mujer egipcia ha vivido 43 años haciéndose pasar por alguien que no era para desafiar las convenciones de su país y poder trabajar y tener un sueldo digno.

Por ello, las autoridades de Luxor, la ciudad en la que vive, le han otorgado un premio por ello e incluso el presidente del país la ha felicitado por su abnegación.

La cultura que impera en este país del norte de África hace que las mujeres que trabajen no sean bien vistas. Por eso, cuando Sisa se quedó viuda en 1972, cuando contaba con solo 21 años de edad, tuvo que recurrir a cubrir su cuerpo con el tradicional ‘taqiyah’ -una prenda que va de los pies a la cabeza y que solo visten los hombres- para poder encontrar una fuente de subsistencia para ella y para sus hijos.

En las más de cuatro décadas que Abu Daooh engañó a su entorno laboral con este truco, la mujer trabajó de limpiabotas, obrero y fabricador de ladrillos, entre otras profesiones. Según explica la propia Sisa en declaraciones que recoge el medio Al-Arabiya “Mi marido falleció cuando yo estaba embarazada. En 1972 no había mucho trabajo para las mujeres analfabetas como yo. Así que tuve que vestirme de hombre para evitar ser acosada por buscar trabajo”.

Además, para evitar ser reconocida por sus familiares o vecinos, Sisa siempre eligió emplearse en pueblos alejados, por lo que tenía que recorrer distancias kilométricas a diario “Me ponía el turbante y el taqiyah y trabajaba rodeada de hombres que nunca sospecharon nada”.

Sigue trabajando

Pero aunque su hija se casó y le dio nietos, Sisa sigue trabajando como limpiabotas en la estación de Luxor. Según explica la protagonista de la noticia al diario inglés The Guardian “El marido de mi hija ha quedado incapacitado físicamente y no puede trabajar, así que yo sigo siendo la que trae el pan a casa”.

Y eso a pesar de haber recibido 6 mil euros junto con el premio que le entregaron las autoridades de Luxor, un dinero que no va a hacer que cambie de hábitos. “Creo que moriré vestido de hombre. Me he acostumbrado a estos ropajes y me gustan”, explica la mujer.