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Incoherencias que decimos cuando estamos borrachos

¡QUÉ TEMAZO!



Todos presumimos de tener un exquisito gusto musical hasta que, después de habernos bebido nuestro peso en cerveza, nos plantamos en el garito de moda y cantamos como si no hubiera mañana esa canción ridícula y pegadiza que horas antes nos parecía un atentado contra la música. Además, solemos añadir frases del estilo "¡qué temazo!" y, los más atrevidos, son hasta capaces de acercarse al DJ para pedir repetición.



Por si no fuera suficiente, el "temazo" suele ir acompañado de un baile ridículo pero que en el momento de exaltación nos parece muy acertado.



¡A ÉSTA INVITO YO!



Entre semana eres un mileurista que tiene que apretarse el cinturón para llegar a fin de mes o un estudiante que intenta estirar la paga de sus padres para salir vivo de la semana pero, llega el fin de semana y todos parecemos ricos.



Tras varias rondas, como el tema a tratar entre los presentes esté interesante y empieces a ver los vasos vacíos, te levantas con empeño y gritas: ¡A ésta invito yo! E invitas e invitas como si fuese gratis...



El disgusto viene a la mañana siguiente en el momento de abrir la cartera. Algunos optan por no abrirla.



¡ERES MI MEJOR AMIGO!



Toda buena borrachera tiene su fase "exaltación de la amistad".



Ese compañero que al principio de la noche parecía uno más, tras varias copas y cuatro bailes, se convierte en tu amigo del alma. Y no contento con pensarlo tú contigo mismo, coges a tu víctima por banda y le dedicas frases tales como "qué haría sin ti", "los amigos como tú se cuentas con los dedos de la mano" y repites una y otra vez "te quiero".



NO VUELVO A BEBER



Ese "no vuelvo a beber" suele ser más citado al día siguiente de la borrachera. Pero, también es mencionado la misma noche que se sale de juerga cuando la ingesta de alcohol ha sido tan bestial que te provoca arrepentirte de cada gota ingerida. Eso sí, además de una estupidez que decimos en los momentos bajos, es una gran mentira. A la semana siguiente sueles regresar al bar o garito de moda a darlo todo.



¡ERES GUAPÍSIM@!



Y ni es guap@, ni estás siendo sincer@, pero quieres ligar. Y es que ese que al principio de la noche no nos parecía excesivamente agraciado, a ciertas horas de la noche resulta que tiene más encanto que Brad Pitt y Angelina Jolie juntos.



Está comprobado que llegados al punto de excesiva ingesta de alcohol nos conformamos con poco y que "por la noche todos los gatos son pardos". Al día siguiente te intentarás consolar y pronunciarás frases tales como "en peores plazas hemos toreado" o "era muy simpático".



MAÑANA MADRUGO



"¡Me voy pronto que mañana madrugo!". Otra gran mentira que todo achispado suelta en algún momento de la noche, aunque sepa que ni se va a ir pronto, ni que mañana va a madrugar. Esta frase suele ir acompañada de otra muy repetida: "Yo controlo".



Como en ocasiones anteriores, suele ser el más alcoholizado del grupo el que suelta la frase, que, además, es el que cierra el bar.



MAÑANA MADRUGO



"¡Me voy pronto que mañana madrugo!". Otra gran mentira que todo achispado suelta en algún momento de la noche, aunque sepa que ni se va a ir pronto, ni que mañana va a madrugar. Esta frase suele ir acompañada de otra muy repetida: "Yo controlo".



Como en ocasiones anteriores, suele ser el más alcoholizado del grupo el que suelta la frase, que, además, es el que cierra el bar.



DOMINIO DEL INGLÉS



A altas horas de la noche te crees más británico que la reina Isabel II. Esto es así. En estado sobrio te daría vergüenza decir dos palabras seguidas en otro idioma. Ahora, cuando llevas unas copas en el cuerpo, te invade la seguridad, el castellano nos parece escaso y te arrancas a hablar en otra lengua. La que sea. Basta con tener los conceptos básicos.



En esos momentos piensas que tienes dominado ese idioma, que en tu cabeza suena a la perfección, pero la realidad suele ser muy diferente.



TEMAS DENSOS



Otra fase de las borracheras es ese momento de debate. En estas disputas no vale cualquier tema: deben tratarse temas densos. Cuanto más, mejor.



Entre todos los embriagados se crea una pequeña discusión sobre las medidas que debe llevar el gobierno para arreglar el país o sobre Platón y el Mito de la caverna. En la siguiente fase se suelen tratar temas más profundos referidos al amor y la felicidad.



Al día siguiente amaneces arrepintiéndote de las estupideces que soltaste la noche anterior. Los que se acuerdan, claro.



¡LA ÚLTIMA Y A CASA!



Una de las grandes mentiras de los beodos. "¡La última y a casa!".



Al día siguiente ni te acuerdas de haber pronunciado esas palabras, lo cual solo puede significar que después de esa "última" cayeron alguna más. Lo curioso es que el encargado de soltar esta perla suele ser el más "mamado" del grupo y el último en irse.



NO NECESITO BEBER PARA DIVERTIRME



Ese "yo no necesito beber para pasármelo bien" sueles decirlo cerveza en mano. Lo que, además de contradictorio, suele ser mentira. Lo peor de todo es cuando la frase la sueltas al principio de una noche en la que te tienen que acabar llevando a casa a rastras. Al día siguiente, esos mismos amigos que se encargaron de que regresaras sano y salvo, te recuerdan que horas antes habías soltado el típico "yo no necesito beber para divertirme".

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