¿Cómo fingir una emoción?

En ocasiones fingir una emoción es mas difícil de lo que se piensa, a diferencia de la frecuente sonrisa, las expresiones de angustia, como el miedo, tristeza, enojo y en ocasiones sorpresa, son más difíciles de mostrar si no existe un estímulo real.

La razón se debe a que estas expresiones causan tensión facial, ya que una parte del cerebro intenta suprimir la expresión producida por otra parte del cerebro. Estas expresiones también dependen de grupos musculares antagónicos, que jalan la cara hacia direcciones opuestas.

Por ejemplo, la tristeza a menudo implica tanto la expresión como un deseo por controlarla. De acuerdo con el Dr. Mark Frank de la Universidad de Búfalo, es éste estira y afloja el que crea el labio tembloroso.

Lo que sucede con el miedo es similar, la sorpresa eleva las cejas mientras que el estrés las junta, así es cómo la esquina inferior de las cejas se alza. El miedo conlleva más movimiento muscular en el área superior de la cara que cualquier otra emoción.

El doctor Hilel Aviezer, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, explica que las expresiones faciales son distintas a las reacciones. Una reacción es una respuesta a un estímulo y activa respuestas motoras, eludiendo al cerebro. En contraste, el lenguaje corporal y las expresiones faciales demuestran una emoción basándose en la actividad cerebral, lo que significa que se puede intentar controlarlas, aunque no siempre se logre.

Recrear emociones puede ser complicado ya que no siempre se sabe que músculo mover, además es casi imposible imitar ciertas características únicas de emociones como el miedo y la tristeza, como lágrimas o sudoración.

Las emociones no siempre se demuestran con la cara, el lenguaje corporal también juega un papel importante, por lo que entender las señales que da el cuerpo también puede ayudar al momento de fingir una emoción.