Animales usan a otros animales para drogarse

La necesidad de drogarse es omnipresente en toda la naturaleza, no sólo los seres humanos buscan liberar sustancias químicas a través de la intoxicación.

Pero los animales van más allá de fumar alguna hierba y algunos están dispuestos a asesinar a otras especies para drogarse.

Caballos

Los caballos sudamericanos lamen las excreciones de la rana mono encerada, la cual produce una euforia efímera pero intensa mucho más fuerte que la marihuana.

Sin embargo, el compuesto químico activo en esta especie -dermorfina - ahora ha encontrado su camino en las carreras profesionales de caballos en Estados Unidos y podría llenar a su vez establos enteros de "adictos".

En 2012, después de meses de rumores de un nuevo y poderoso analgésico empleado por los entrenadores, un laboratorio de Denver descubrió más de 30 caballos de cuatro estados con dermorfina en sus sistemas.

El Dr. Steven Barker, quien dirige un laboratorio de pruebas en la Universidad Estatal de Louisiana, dijo que sospechaba que la mayoría de la dermorfina se había sintetizado artificialmente.

"Hay mucho por ahí, y eso sería una gran cantidad de ranas que tendrían que ser exprimidas" dijo.

Lémures

En lo profundo de las selvas de Madagascar vive una población de lémures negros que han descubierto una especie de doble acción: repelente de bichos y alucinógeno.

Se les ha visto recogiendo y mordiendo milpiés tóxicos, después los lémures se frotan con el químico que el bicho segrega por todo su pelaje.

Perros

Se ha descubierto que los perros en los suburbios de Queensland han desarrollado un gusto por los sapos de caña, o mejor dicho, sus secreciones tóxicas.

Los sapos, al ver esta especie invasora se arman con una defensa muy potente contra la depredación, cuando se sienten amenazados, segregan un líquido blanco lechoso conocido como bufotoxina que causa alucinaciones leves en pequeñas dosis, pero puede fácilmente matar a un adulto humano en cantidades suficientes.

Pero los perros de Queensland, aparentemente, han descubierto cómo lamer para conseguir los efectos que alteran la mente sin enfermarse.

Por desgracia, muchos de ellos se están convirtiendo en adictos, según un veterinario, y con el tiempo pueden sufrir una sobredosis de la golosina tóxica.