La historia detrás de las fotos en topless de Diana que fueron destruidas

REINO UNIDO.- En 1994, dos años después de que se anunciara la separación del príncipe Carlos y Diana de Gales, la princesa se fue de vacaciones con dos amigas a Mijas, España.

Durante su estancia en el hotel Byblos un grupo de paparazzis captaron a Diana en topless y aunque todos los diarios hablaban de las imágenes, estas nunca se publicaron. Los fotógrafos consiguieron 30 fotografías, ocho de ellas eran de Diana en topless.

De acuerdo con el portal español Vanitatis, uno de los fotógrafos se registró en el hotel y desde una habitación ubicada justo en el piso superior de donde descansaba la princesa, se hizo las fotos. Mientras que las otras imágenes fueron obtenidas desde la planta baja del hotel de la Costa del Sol.

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Diana estaba consciente de que los medios de comunicación estaban detrás de ella para encontrar cualquier tipo de exclusiva, así que tratando de no llamar mucho la atención voló con sus amigas al destino turístico, donde en primera instancia se hospedaría en un campo de golf, pero su poca discreción la hizo cambiar de opinión y alojarse en el famoso hotel.

Para entonces, los paparazzi ya sabían que estaba allí la todavía esposa del príncipe Carlos, así que instalaron una especie de búnker para obtener fotografías de la princesa desde casi cualquier ángulo.

Diana, se dio cuenta de la presencia de los fotógrafos y aunque, en varias ocasiones logró esquivar los flashes, una tarde en la piscina desamarró su bikini y cuando la capturaron en topless, dijo Jorge Ogalla uno de los fotógrafos al medio antes mencionado.

Una revista española compró los derechos mundiales de las fotografías, en ese momento pagó aproximadamente 1,167,655 de dólares, tan solo a Jorge le tocó 187 mil dólares por las fotos, con esa suma pudo pagar parte del departamento en el que vive y una televisión gigante, que le recuerda a la princesa cada vez que la ve.

La gran incógnita hasta la fecha es ¿por qué nunca salieron a la luz esas fotos?, según el fotógrafo, las negociaciones con el editor de dicha publicación fueron complicadas, pero una vez que acordaron el precio y ambas partes quedaron conformes.

El hombre tomó las ocho diapositivas y las quemó en un sartén frente a los paparazzi, dejando muy claro que esperaba que no hubiera más problemas. Cabe mencionar que, esa no era la primera vez que esa revista compraba fotos de Diana en situaciones incomodas para destruir los negativos.