Fragancias de la eterna juventud: los perfumes más vendidos en Europa
Una vez que a un hombre le gusta un perfume lo usa durante bastante tiempo, lo cual ha logrado perpetuar en el éxito a fragancias de Paco Rabanne o Gaultier.

¿Cuál es la fórmula para acertar a la hora de crear un perfume? ¿Cuáles los mecanismos para que guste y, a veces, para que arrase? ¿Por qué solo algunos consiguen pasar la barrera de los primeros años hasta convertirse en clásicos? La respuesta no es única, ya que en el éxito de un perfume intervienen muchos factores.
Grandes perfumerías, como Douglas, saben que hay perfumes que funcionan de maravilla, mientras otros tienden a coger polvo en las estanterías. Pasa en el caso de las fragancias femeninas y también en el caso de las masculinas.
Por lo general, la mujer es más ‘infiel’ a la hora de usar un perfume, siendo habitual el uso de varios de forma alterna. En el caso de los hombres el comportamiento de uso es más fiel: una vez que a un hombre le gusta un perfume lo usa durante bastante tiempo.
Decíamos que son varios los factores que intervienen en el éxito de un perfume. Evidentemente, lo primero es que esté bien construido, que sus ingredientes conecten con los gustos de los consumidores. También, y de forma cada vez más clara, que la inversión en las campañas de marketing y de publicidad a la hora de darlo a conocer sean agresivas y constantes. Y por último, que conecte con el público al que va dirigido.
Dos casos de éxito
En toda la maraña de fragancias masculinas que nos ofrecen las marcas, hay dos casos de éxito que se repiten desde hace años: Le Mâle, de Jean Paul Gaultier y One Million, de Paco Rabanne.
En el caso de Le Mâle, de Jean Paul Gaultier, el éxito viene durando años, en concreto desde el año de su nacimiento, 1995. En su día irrumpió en un mercado clásico y aburrido con dos armas muy contundentes: la transgresión en las formas y una mezcla de ingredientes insólita hasta el momento en su composición.
El diseñador concibió su perfume con notas de lavanda ligeramente mentoladas para evocar la frescura del jabón de afeitar. En definitiva, una fragancia bien construida en el que en notas de cabeza aparecen la menta, la lavanda y la bergamota.
En corazón se abre con notas especiadas de canela y comino realzados con flor de azahar. Vainilla, haba tonca, sándalo, madera de cedro estructuran en fondo esta fragancia decididamente oriental. Además, un atractivo frasco en forma de busto vestido con el jersey marinero a rayas de color azul, prenda fetiche del creador del perfume.
One Million, Paco Rabanne, vino a competir en el año 2008, en un mercado en el que la crisis empezaba a instalarse, aludiendo a valores como el del dinero y el éxito fáciles, un mensaje que cuajó entre un público masculino sin mucho futuro.
Parece evidente que estos motivos no hubieran sido suficientes si el ‘caldo’ dentro del frasco no hubiera sido bueno. Es un perfume singular donde se combinan notas frescas, efluvios aromáticos y especiados, sensación de fruta jugosa, pero también notas de flores, de maderas cálidas y una impronta de cuero suave.
En notas de cabeza presenta menta pimentada, mandarina, pomelo. En notas de corazón trae canela y especias. En las notas de fondo hay de pachulí, ámbar, y madera blanca.
Paco Rabanne apostó con One Million por el retorno de la seducción masculina. El oro, materia predilecta del diseñador, presentado en un frasco en forma de lingote de oro, numerado y labrado.
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