Afina rumbo el mercado inmobiliario
Tras un 2025 de ajustes, cautela e inversión selectiva, el sector inmobiliario y de vivienda en Sonora perfila un 2026 con crecimiento moderado, nuevas oportunidades y desafíos estructurales que obligan a replantear modelos y prioridades.
El sector inmobiliario y de vivienda en Sonora cerró 2025 inmerso en un entorno de bajo crecimiento económico nacional, pero con señales de reconfiguración interna: mientras el país avanzó con un desempeño económico limitado, el mercado local mostró capacidad de adaptación.
Concentró su dinamismo en segmentos específicos, particularmente la vivienda media y el sector industrial impulsados por la demanda interna, la actividad productiva y el efecto del “nearshoring”.
Desde la óptica de la vivienda, el balance del año refleja un ajuste en el tipo de producto que se está construyendo por parte de los desarrolladores.
Norberto Larrinaga Buelna, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi) en Sonora, explicó que si bien el número de viviendas no presentó un crecimiento significativo, la derrama económica sí aumentó tanto en Hermosillo como a nivel estatal.
Lo anterior, derivado de una mayor concentración de proyectos en rangos de precio entre 1 y 3 millones de pesos, donde se mantiene la mayor demanda del mercado.
“Aunque la economía nacional creció muy poco, la vivienda en Sonora mostró un incremento en derrama económica, particularmente en los rangos de 1 a 3 millones de pesos, donde hoy se concentra la mayor parte de la demanda, segmento que se ha convertido en el principal motor del sector”, indicó.
Se contrae vivienda media
En contraste, la vivienda media-alta y residencial continuó mostrando signos de contracción: durante 2025, los desarrollos por arriba de 4 millones de pesos registraron caídas importantes en número de unidades y en valor de mercado.
Dicha tendencia se mantuvo hacia el cierre del año y de acuerdo con el directivo, podría prolongarse durante 2026 si no hay una mejora en las condiciones macroeconómicas.
“La vivienda arriba de 4 millones sigue contraída; es un segmento que se ha visto muy afectado por el incremento en costos, la cautela del inversionista y la pérdida de poder adquisitivo”, subrayó.
De cara al próximo año, uno de los ejes centrales será la vivienda de interés social y el modelo multifamiliar; un programa con alto impacto económico y social, cuya implementación enfrenta retos en Sonora relacionados con la disponibilidad de agua, la infraestructura urbana, los tiempos de autorización y los costos de construcción.
Larrinaga Buelna advirtió que aun cuando los desarrolladores no asumen tareas de comercialización o administración en este esquema, los márgenes siguen siendo estrechos, especialmente en una entidad donde la mano de obra tiene costos superiores al promedio nacional.
“El gran desafío es lograr que la vivienda social sea viable; los tiempos de trámite, la infraestructura y los costos presionan mucho al desarrollador y ralentizan la derrama económica”, puntualizó.
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