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¿Tu albahaca dejó de florecer? Estas son las causas más comunes y cómo recuperarla con cuidados simples en casa

Descubre por qué la albahaca deja de florecer y qué hacer para estimular su crecimiento.

¿Tu albahaca dejó de florecer? Estas son las causas más comunes y cómo recuperarla con cuidados simples en casa

La albahaca es una de las hierbas aromáticas más usadas en la cocina y también una de las más comunes en huertos urbanos y macetas. Su cultivo suele considerarse sencillo, pero con el paso del tiempo muchas personas notan que la planta deja de florecer o parece no avanzar en su desarrollo, aun cuando mantiene hojas verdes.

Especialistas en jardinería doméstica y cultivo de plantas aromáticas coinciden en que la falta de floración no siempre es señal de enfermedad. En la mayoría de los casos, se trata de ajustes necesarios en el cuidado diario. Factores como la poda, la luz solar, el riego y los nutrientes influyen directamente en el ciclo natural de la albahaca.

Exceso de poda: cuando la planta prioriza las hojas

Uno de los motivos más frecuentes por los que la albahaca no florece es la poda constante. Al cortar hojas de forma regular para consumo, la planta dirige su energía a producir más follaje y no flores.

Esto es común en albahacas cultivadas con fines culinarios. Aunque la poda es necesaria para estimular el crecimiento, hacerlo en exceso puede retrasar o incluso detener la floración. La recomendación es alternar los cortes y permitir que algunas ramas completen su ciclo.

Dentro de los alimentos recomendados, la albahaca se presenta como una opción notable | Foto: Pexels

Falta o exceso de luz solar

La albahaca necesita al menos seis horas de luz solar directa al día. Cuando recibe menos iluminación, la planta entra en un modo de supervivencia y deja de producir flores.

Por otro lado, una exposición directa y prolongada en climas muy calurosos puede generar estrés. Lo ideal es colocarla en un sitio con buena luz natural, ventilación y protección durante las horas de sol más intenso.

Riego inadecuado y problemas en la raíz

El exceso de agua es otro error común. Un riego constante sin buen drenaje debilita la raíz y afecta el crecimiento general de la planta. En estos casos, la albahaca puede verse verde, pero sin fuerza para florecer.

También ocurre lo contrario: la falta de agua limita el desarrollo. La clave está en mantener el sustrato húmedo, pero no encharcado, y regar solo cuando la capa superior del suelo esté seca al tacto.

Albahaca | Foto: Pixabay

Suelo pobre en nutrientes

La floración requiere energía. Si el suelo es compacto, viejo o carece de nutrientes, la albahaca no tendrá los recursos necesarios para producir flores.

Expertos recomiendan usar un sustrato ligero y con buen drenaje. Además, fertilizar de forma ocasional con composta o abono orgánico ayuda a mantener un crecimiento equilibrado y favorece la floración constante.

Cómo ayudar a que tu albahaca vuelva a florecer

Para estimular la floración, considera estos pasos prácticos:

  • Reduce la poda durante algunas semanas.
  • Asegura al menos seis horas de luz solar diaria.
  • Ajusta el riego y revisa que la maceta tenga drenaje.
  • Añade nutrientes naturales al sustrato.
  • Evita cambios bruscos de ubicación.

Lo que debes saber antes de preocuparte

Es importante aclarar que no todas las variedades de albahaca florecen al mismo ritmo ni al mismo tiempo. Además, en ciertos momentos del año la planta entra en una fase de crecimiento vegetativo, lo cual es normal.

Entender las necesidades básicas de la albahaca permite mantenerla productiva, saludable y lista tanto para la cocina como para el huerto. Con pequeños ajustes, la floración puede volver de forma natural.

Albahaca | Foto: Freepik

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