Vida y legado de Alfonso Ortiz Tirado
El médico, tenor y humanista que dio nombre al FAOT nació en 1893, en el corazón del pueblo mágico de Álamos, Sonora; un hombre cuya vida uniría para siempre la ciencia y el arte.

La historia de Alfonso Ortiz Tirado, médico, tenor y filántropo es la de un sonorense excepcional, que llevó el nombre de su tierra a los escenarios del mundo mientras ofrecía su talento y su generosidad a quienes más lo necesitaban.Graduado como médico cirujano en 1919, Ortiz Tirado se especializó en ortopedia en el Hospital Mercy de Denver, donde descubrió que su vocación también se hallaba en la música.
Su voz lo llevó a presentarse en los escenarios más prestigiosos de Nueva York y América Latina, mientras en México atendía gratuitamente a los pacientes más pobres, combinando su don artístico con una profunda vocación humanista.Fue médico de cabecera de la pintora Frida Kahlo y del compositor Agustín Lara, pero sobre todo, fue un hombre que entendió la medicina y el arte como dos formas de sanar el alma.
Con los ingresos de sus conciertos, financió clínicas y servicios de ortopedia para comunidades marginadas y se convirtió en uno de los primeros intérpretes en difundir la música mexicana en el extranjero.
En 1930, formó parte del primer programa transmitido por la XEW, ganándose el título de “Embajador lírico de la canción mexicana”.
Gran vocación
Ortiz Tirado fue también un símbolo de entrega social: con los recursos obtenidos en sus giras y presentaciones, construyó una clínica de ortopedia para los desvalidos en su natal Álamos, donde solía regresar para brindar consultas médicas sin costo; su doble vocación, la de médico y artista, lo convirtió en un referente de sensibilidad, talento y compromiso humano.Su legado trascendió su tiempo: fue miembro de diversas sociedades científicas en América Latina, recibió condecoraciones internacionales como la Cruz del Sur de Brasil y el título Honoris Causa de la Universidad de Costa Rica, y fue reconocido en vida como un ejemplo de amor al prójimo y a la cultura; Alfonso Ortiz Tirado falleció en 1960, dejando tras de sí un legado que no tardó en renacer.24 años después de su muerte, el pueblo que lo vio nacer decidió rendirle homenaje: en 1984, durante la inauguración del Museo Costumbrista de Sonora, surgió la idea de celebrar su vida con un evento cultural dedicado a la ópera, la música y las artes.
Lo que comenzó como una velada literario-musical en el auditorio del museo, con apenas un centenar de asistentes, creció hasta convertirse en el Festival Alfonso Ortiz Tirado (FAOT): el encuentro cultural más importante del noroeste de México.
Evolución
Esos primeros años del festival fueron modestos, pero el entusiasmo de los artistas y el público lo convirtieron rápidamente en una tradición.
Para 1994, el FAOT ya se celebraba durante nueve días, consolidándose como un espacio de encuentro entre la ópera, la música popular y las expresiones artísticas de Sonora.
El festival se expandió a municipios como Cajeme, Navojoa y Hermosillo, llevando la cultura a todos los rincones del estado y proyectando a Sonora en el ámbito nacional e internacional.Con el paso de las décadas, el FAOT ha sido escenario de figuras emblemáticas de la música culta internacional como Hera Hyesang, Fernando de la Mora, Filippa Giordano y Arturo Chacón, además de otros exponentes desde Emmanuel y Ricardo Montaner hasta Mon Laferte, Los Ángeles Azules y la Orquesta Filarmónica de Sonora.
Pero más allá de los nombres, el festival ha mantenido viva la convicción de que el arte es una forma de unión y esperanza.Durante la pandemia de 2021, por primera vez desde 1984, el FAOT suspendió sus actividades presenciales, un hecho que marcó a toda una generación de sonorenses.
Sin embargo, el espíritu del festival nunca se apagó; a su regreso, el evento se renovó con una visión más amplia, incorporando nuevas disciplinas y artistas jóvenes sin perder su esencia original: la promoción de las bellas artes, el canto y la cultura humanista que inspiró a su creador.Hoy, el FAOT 2026 busca volver a ese origen: bajo el lema “Cultura, Paz y Bienestar”, el festival recupera su sentido más puro: ser un espacio donde la música, el arte y la historia se unen para celebrar la vida y la identidad sonorense.
Más que un evento, el FAOT es un homenaje permanente al hombre que demostró que la belleza también cura, y que la cultura puede ser, al mismo tiempo, arte, salud y esperanza.
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