“Brillan” los metales en mercados globales
El cobre, el oro, la plata y el zinc mantienen una tendencia alcista en 2025; las presiones en la oferta y la demanda asociadas a la electromovilidad y las energías limpias están reconfigurando el mapa de precios de la minería internacional.
Los metales están protagonizando uno de los movimientos más intensos de los últimos años en los mercados internacionales en cuanto a sus precios.
El cobre, el oro, la plata y el zinc, que son materias primas básicas para la industria, la tecnología y la transición energética, registran incrementos significativos en sus cotizaciones durante 2025, impulsados por una combinación de factores que van desde la presión de la demanda hasta la inestabilidad geopolítica.
De acuerdo con Trading Economics, el cobre se cotizaba en torno a 4.94 dólares por libra (10 mil 890 dólares por tonelada) al 07 de noviembre de 2025, lo que representa un incremento interanual de 15%.
La International Copper Study Group (ICSG) ajustó recientemente su proyección de excedente mundial de cobre refinado, reduciéndolo de 209 mil a 178 mil toneladas para este año, lo que refleja los ajustes del mercado para este metal.
En el caso del oro, la cotización ha superado los 2 mil 450 dólares por onza, impulsada por la debilidad del dólar y la búsqueda de activos refugio ante tensiones globales, según Investing.com.
La plata, por su parte, ha seguido la misma tendencia, manteniendo un desempeño sólido derivado de su doble papel como metal precioso y material industrial, con cotizaciones cercanas a los 30 dólares por onza, de acuerdo con The Silver Institute.
Aunque la volatilidad del zinc persiste, los inventarios en la London Metal Exchange (LME) han caído alrededor del 85 % en lo que va del año, de acuerdo con Reuters, quienes anticipan posibles ajustes al alza si la demanda industrial continúa fuerte.
Factores para el repunte
De acuerdo con un análisis de la consultora Wood Mackenzie, la transición hacia energías limpias y la electromovilidad ha incrementado la demanda de metales industriales.
Los vehículos eléctricos, por ejemplo, consumen actualmente 1.7 millones de toneladas anuales de cobre, cifra que podría alcanzar 4.3 millones en 2035.
Esta demanda, combinada con la expansión de las redes eléctricas y la producción de baterías, mantiene una presión sostenida sobre la oferta.
Al mismo tiempo, la minería enfrenta desafíos estructurales: menores leyes de mineral, altos costos de producción y retrasos en nuevos proyectos.
Según Reuters, los cierres temporales de minas en América del Sur y África podrían derivar en un faltante global de 150 mil toneladas de cobre para 2026.
Otro factor relevante es el debilitamiento del dólar estadounidense: el portal The Economic Times explica que la caída del billete verde ha incentivado la compra de metales cotizados en dólares, reforzando la tendencia alcista en los precios internacionales.
Qué espera el mercado
Si bien el panorama es positivo, los analistas advierten sobre una posible corrección: la consultora mundial J.P. Morgan Global Research prevé que el precio del cobre podría estabilizarse hacia finales de 2025 en torno a 9 mil 100 dólares por tonelada, mientras que Mercuria Energy Group estima que si la demanda de infraestructura y electromovilidad se acelera, el precio podría superar los 12 mil dólares.
El Banco Mundial y el World Gold Council coinciden en que los metales preciosos mantendrán precios elevados mientras persistan la inflación y las tensiones internacionales, aunque anticipan cierta moderación durante 2026.
México y los productores regionales
De acuerdo con el Sistema Integral sobre Economía Minera (Sinem), México figura entre los principales productores de cobre, plata y oro del continente; estados como Sonora mantienen un papel relevante en la oferta nacional.
Los precios internacionales al alza representan un estímulo para la producción minera, aunque los beneficios dependerán de los costos energéticos, la disponibilidad de agua y las condiciones logísticas para exportación.
Especialistas del Sinem coinciden en que pese a la volatilidad, los metales se mantienen como un fuerte pilar de la economía global, nacional y regional, por lo qu seguirán marcando el rumbo de la industria manufacturera, la energía y la innovación tecnológica.
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