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¿Revisar el celular constantemente afecta la memoria? Esto dice un experto sobre su impacto en la concentración

Estudios revelan que no es el tiempo total, sino la constante revisión del dispositivo, la principal causa de fallos cognitivos y estrés.

¿Revisar el celular constantemente afecta la memoria? Esto dice un experto sobre su impacto en la concentración

La necesidad de revisar el teléfono constantemente se ha convertido en una conducta cotidiana. Sin embargo, investigaciones recientes, difundidas por medios como The Washington Post e Infobae, indican que el verdadero problema no radica en las horas totales de uso, sino en la frecuencia compulsiva con la que desbloqueamos la pantalla. Esta acción, aparentemente inofensiva, está directamente ligada a fallos en la concentración y la memoria.

El verdadero enemigo: La frecuencia, no el tiempo

Contrario a lo que se podría pensar, el factor más perjudicial no es el tiempo total que pasamos frente a la pantalla. La ciencia señala que el principal predictor de fallos cognitivos en el día a día es la cantidad de veces que revisamos el dispositivo.

Cada vez que desbloqueamos el teléfono, obligamos a nuestro cerebro a cambiar de tarea y contexto. Esta alternancia constante fragmenta la atención y dificulta la capacidad de mantener un enfoque sostenido.

¿Revisar el celular constantemente afecta la memoria? Esto dice un experto sobre su impacto en la concentración | Foto: canva

Consecuencias directas en tu productividad

El impacto de esta “multitarea” forzada tiene efectos medibles y profundos en nuestro rendimiento:

  • Pérdida masiva de productividad: Según el científico informático Gerald M. Weinberg, los cambios frecuentes de tarea pueden reducir la productividad hasta en un 80%.
  • Tiempo de recuperación prolongado: La investigadora Gloria Mark descubrió que, tras una interrupción por el móvil, una persona puede tardar más de 25 minutos en recuperar la concentración plena en la tarea original.

¿Somos todos adictos? Estadísticas y mecanismos psicológicos

Este fenómeno ha igualado a las generaciones desde la llegada del smartphone en 2007. Las estadísticas pintan un panorama claro sobre nuestros hábitos:

  • Un hábito generalizado: Consultar el teléfono unas 110 veces al día se considera un indicio de uso problemático.
  • La generación conectada: Jóvenes y adolescentes desbloquean sus dispositivos entre 50 y 100 veces diarias.
  • La gran desconexión con la realidad: La mayoría de las personas cree revisar su teléfono solo unas 10 veces al día, lo que muestra una clara desconexión entre la percepción y la realidad.

El cerebro adicto a la pantalla

Los expertos explican que la dependencia digital activa los mismos circuitos cerebrales de recompensa que las adicciones a sustancias. La ansiedad por estar conectado aumenta la producción de cortisol, la hormona del estrés. Un estudio de la Universidad de Heidelberg confirmó esto, al observar que, tras 72 horas de abstinencia, la actividad cerebral de los participantes era similar a la de personas en abstinencia de drogas.

5 estrategias sencillas para recuperar el control

Para combatir esta compulsión, los especialistas proponen acciones prácticas que cualquiera puede implementar:

  1. Desactiva las notificaciones no esenciales. Elimina las distracciones en su origen.
  2. Elimina aplicaciones que no uses. Menos tentaciones a un clic de distancia.
  3. Usa la escala de grises. Sin colores, la pantalla pierde gran parte de su atractivo.
  4. Apaga el teléfono entre usos. Establece momentos de “apagado” deliberado.
  5. Déjalo en casa ocasionalmente. Un paseo o recado sin el dispositivo ayuda a reeducar el hábito y demuestra que es posible funcionar sin él.

Al adoptar estas medidas, no solo reduces el tiempo de pantalla, sino que atacas el núcleo del problema: el reflejo compulsivo de revisar que fragmenta tu atención y perjudica tu capacidad cognitiva.

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