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¿Cuánto tiempo puede durar un caldo en buen estado?

Conoce los tiempos máximos de refrigeración, las claves para un enfriamiento seguro y cómo identificar cuando un caldo ya no es apto para el consumo, según recomendaciones.

¿Cuánto tiempo puede durar un caldo en buen estado?

Preparar caldos de res, pollo, verduras, pescado o camarón resulta en un platillo nutritivo y abundante, lo que frecuentemente genera sobrantes. Una conservación adecuada es esencial para evitar desperdicios y, sobre todo, prevenir riesgos para la salud.

Para responder a la pregunta de cuánto tiempo permanece en buen estado este alimento básico, se presenta una guía detallada, retomada por El Universal, sobre los periodos de conservación y los métodos correctos de refrigeración y congelación.

Tiempos de duración del caldo en el refrigerador

La duración del caldo en el refrigerador varía significativamente dependiendo de sus ingredientes principales. Cumplir con estos plazos es fundamental para la seguridad alimentaria.

  • Caldo de verduras: Es el que ofrece mayor durabilidad en condiciones adecuadas de refrigeración, alcanzando hasta cinco días. No obstante, se sugiere consumirlo preferentemente al cuarto día para minimizar cualquier riesgo.
  • Caldo de res y de pollo: Estos caldos de origen animal tienen un periodo de vida limitado de entre tres y cuatro días en refrigeración. Este tiempo de conservación es superior al de la carne cruda, que suele durar hasta dos días.
  • Caldo de pescado o mariscos: Es el que menos tiempo se conserva en el refrigerador, con una duración máxima de hasta tres días, ya que los ingredientes marinos tienen una vida útil más corta.

Nota sobre el caldo de camarón: Para optimizar su conservación, los camarones cocidos deben limpiarse a fondo, retirando la cabeza, la cáscara y el intestino. Una alternativa es guardarlos por separado en un recipiente hermético.

¿Cuánto tiempo puede durar un caldo en buen estado? | Foto: canva

Reglas clave para una conservación segura

La clave para que el caldo dure el tiempo máximo permitido radica en seguir un procedimiento estricto de refrigeración desde el momento en que se retira del fuego.

  1. Enfriamiento inmediato: El caldo, sin importar sus ingredientes, no debe permanecer a temperatura ambiente por más de dos horas. Transcurrido este tiempo, las bacterias pueden comenzar a desarrollarse, y refrigerarlo después no garantiza que se mantenga en buen estado.
  2. Método de enfriamiento rápido: Para no esperar a que se enfríe de manera natural, se puede acelerar el proceso colocando la olla con el caldo dentro de un recipiente más grande lleno de hielo y agua, moviéndolo por varios minutos hasta que alcance una temperatura baja.
  3. Envases herméticos: Una vez que el caldo se haya enfriado por completo, debe transferirse a contenedores herméticos antes de ser guardado en el refrigerador.
  4. Temperatura del refrigerador: Es contraproducente introducir el caldo caliente en el refrigerador, ya que esto puede elevar la temperatura interna del electrodoméstico, promoviendo el desarrollo de bacterias en otros alimentos y forzando su funcionamiento. El caldo debe mantenerse a una temperatura máxima de 4° C.
  5. Caldos enlatados o empaquetados: Estos productos pueden durar meses sin abrirse, pero una vez que se rompe el sello, deben tratarse con el mismo rigor de conservación que un caldo casero.

Congelación: La solución a largo plazo

Si se busca extender la vida útil del caldo por semanas, la congelación es el método más efectivo.

Para congelar correctamente, el caldo debe colocarse en recipientes herméticos y limpios. Se recomienda dividirlo en porciones individuales antes de congelarlo, ya que una vez descongelado, no puede volver a someterse a este proceso. La efectividad de la congelación depende de que se realice en condiciones estables, sin fluctuaciones de temperatura.

Cómo identificar si el caldo se ha echado a perder

Existen indicadores sensoriales y visuales para determinar si el caldo ya no es apto para el consumo.

  • Olor: El método más confiable es el olfato. Si el caldo despide un olor agrio, avinagrado o desagradable, es probable que se haya fermentado y las bacterias se estén reproduciendo.
  • Apariencia: La presencia de burbujas, una textura viscosa o puntos verdes (moho) en la superficie son señales claras de que el caldo está dañado.
  • Capa de Grasa: La acumulación de grasa en la superficie es natural y no necesariamente dañina, aunque se suele retirar. Para evitarlo, se puede colar el caldo antes de refrigerarlo.
  • Sabor: Si al probar un sorbo pequeño el caldo sabe “raro” o si el sabor original de sus ingredientes ha desaparecido, es muy probable que ya no esté en buen estado.

Una planificación adecuada de las cantidades al cocinar y el conocimiento sobre cómo manejar las sobras son prácticas que contribuyen a reducir desperdicios, optimizar los gastos en el hogar y, lo más importante, cuidar de la salud.

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