Lo que pasa entre giras
Más allá de los escenarios, los integrantes de la Banda 3 Ríos viven momentos que van de lo inesperado a lo inolvidable.
La carretera ha sido testigo de muchas aventuras de la 3 Ríos: unos recuerdan con emoción su primer viaje a Guatemala, que describen como “toda una travesía”, mientras que otros guardan en la memoria la gira a Ciudad de México en 2018, donde además de presentarse, conocieron lugares turísticos que hasta entonces sólo habían visto en fotos.
Yahir Bravo aseguró que llegar a la capital del país fue una de las experiencias más intensas de su vida: “era una mezcla de nervios y emoción, porque no era un escenario cualquiera”.
Todo pasa en el camión
Claro que no todo en el camino ha sido sencillo: en varias ocasiones, el aire acondicionado del camión se descompuso y aquello se volvió un verdadero sauna.
“Me entró una desesperación que le decía a mis compañeros que me quería bajar, sentía que me ahogaba”, recordó entre risas Gerardo Román.
Otros, como Adán “Chino” Flores, prefieren verle el lado positivo: “En el momento fue complicado, pero después nos dio mucha risa”; incluso hubo veces que algunos se quedaron platicando en la caseta… y el camión se fue sin ellos, como admitió Luis Ángel Clark.
Y cómo olvidar la vez que después de tocar en Cananea hasta las tres de la mañana, los dejaron encerrados ¡entre cuatro y cinco horas! “Hasta que lograron romper el candado”, contó Miguel Ángel Ferreyra.
Visitar ciudades, un sueño hecho realidad
Para varios, la música los ha llevado más lejos de lo que imaginaron: “Fue bonito y motivante conocer a muchos artistas en Guadalajara, gente que antes me decía ‘vas pa’ arriba’ y luego verlos otra vez, ahora como colegas”, compartió Saúl Torres.
Algo similar recordó Judas Baldenegro, quien describió su primera gira a la Ciudad de México como inolvidable: “era la primera vez que viajaba, y conocer lugares importantes allá fue un sueño cumplido”.
Momentos que marcan
También hay instantes que tocan el corazón: César José contó cuando una niña en silla de ruedas se le acercó y le pidió una foto y una canción; “eso lo tomé como respuesta de Dios, como una lección de vida”.
Un hecho parecido vivió Rubén Bustamante, vocalista, al ser reconocido en una tienda de Hermosillo: “me preguntaron si era ‘el Niño’ de la 3 Ríos y nos tomamos una foto; fue algo nuevo para mí, nunca lo voy a olvidar porque apenas es el inicio de algo muy grande”.
Carlos Armando Sandoval, director musical, nunca olvidará la vez que trabajaron durante semanas para una presentación especial… y un “tormentón” les echó a perder todo el montaje; “nos pusimos tristes, pero decidimos tocar sin equipo, todos mojados, y al final fue un rato muy agradable con los medios y amigos que estaban ahí”.
Sustos que dan gusto
La convivencia también les ha dejado historias para contar una y otra vez: Cristian Tovar admitió que una de sus anécdotas más memorables fue “cuando grabábamos unos videos con colegas, agarramos la fiesta, me puse muy borracho, perdí el celular, casi termino solo, pero fue de las mejores experiencias porque hice buenas amistades”.
Otros, como Alejandro Alcántar, sufrieron en sus primeras giras: “En mi primer evento me dejaron olvidado porque nadie extrañó mi ausencia… tuve que correr hasta alcanzarlos”, expresó entre carcajadas.
Y claro, siempre hay espacio para los sustos: desde pantallas que se caen en plena grabación hasta jóvenes que los asustaron en carretera, lo cierto es que los recuerdos se multiplican para esta gran familia.
La vida detrás de la música
Entre improvisaciones y risas, los integrantes de la Banda 3 Ríos confirman que la música no nomás se vive arriba del escenario.
Cada viaje, cada imprevisto y cada encuentro con su público se convierten en historias que alimentan su unión como grupo y que poco a poco, van formando la gran historia de su carrera.
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