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Dormir mal también afecta tus emociones (y más de lo que crees)

Dormir poco no solo te deja cansado: cambia tu humor, tu empatía y hasta la forma en que ves el mundo.

Dormir mal también afecta tus emociones (y más de lo que crees)

Dormir bien no es un lujo, sino un pilar esencial para tu bienestar. Cuando pasas noches mal dormidas, puede que pienses que solo estás “más cansado”, pero en realidad tu estado emocionaltambién se ve afectado de forma profunda.

En esta nota te explicamos qué sucede en tu cerebro y tus emociones cuando no descansas lo suficiente, por qué el mal sueño altera tu equilibrio emocional y cómo puedes recuperar la calma y la energía a través del descanso.

La importancia de dormir bien

1. ¿Qué le pasa a tu cuerpo y cerebro cuando no duermes lo necesario?

• La falta de sueño interrumpe la actividad normal del cerebro: la conexión entre la amígdala, que regula las emociones, y la corteza prefrontal, que las controla racionalmente, se debilita. Con solo una noche de poco descanso, ya aumentan las reacciones emocionales intensas.

• También se ha demostrado que la privación de sueño reduce la habilidad de reconocer correctamente expresiones emocionales como la alegría o la ira.

• Incluso puede afectar la empatía: cuando duermes mal, te cuesta más ponerte en el lugar del otro o responder emocionalmente de forma adecuada.

2. ¿Cómo se refleja en tus emociones y comportamiento?

• Te puedes volver más irritable, frustrarte fácilmente o reaccionar de forma desproporcionada ante cosas pequeñas.

• Disminuye tu alegría, tu motivación y tu capacidad para experimentar emociones positivas; al mismo tiempo, aumenta la ansiedad, la tristeza o el estrés emocional.

• Tus relaciones personales también pueden sufrir: al estar emocionalmente más cansado, tiendes a malinterpretar lo que otros dicen o a tener menos paciencia.

• Si el sueño deficiente se prolonga, puede contribuir al desarrollo de problemas de salud mental como la depresión o la ansiedad crónica.

3. ¿Por qué sucede todo esto?

• Cuando duermes poco, tu cuerpo libera más hormonas del estrés, como el cortisol, que te mantienen en estado de alerta constante y dificultan relajarte.

• Las fases profundas del sueño —especialmente el sueño REM, donde el cerebro procesa emociones, recuerdos y experiencias— se reducen, lo que deja tus equilibrios internos incompletos.

• Al estar emocionalmente agotado, tienes menos resiliencia emocional: lo que normalmente no te afectaría, ahora puede derrumbarte con facilidad.

4. ¿Qué puedes hacer para cuidar tus emociones durmiendo mejor?

• Establece una hora fija para dormir y despertar, incluso los fines de semana.

• Crea una rutina relajante antes de acostarte: baja las luces, apaga pantallas 30–60 minutos antes y realiza algo que te calme, como leer o meditar.

• Asegúrate de que tu ambiente de descanso sea cómodo, oscuro y silencioso.

• Evita cafeína, alcohol o comidas pesadas antes de dormir.

• Si duermes muchas horas pero sigues sin descansar bien, consulta con un especialista del sueño para descartar trastornos como el insomnio o la apnea del sueño.

Dormir mal no solo te deja cansado: afecta tu estabilidad emocional, tu humor y tu bienestar mental. Priorizar el descanso no es perder tiempo, sino invertir en tu salud emocional y física.

Recuerda: dormir bien es una forma de autocuidado y el primer paso para mantener el equilibrio entre cuerpo, mente y emociones

Beneficios de dormir bien

Dormir adecuadamente entre 7 y 8 horas por noche puede:

• Mejorar tu estado de ánimo y reducir la ansiedad.

• Fortalecer tu sistema inmunológico.

• Incrementar tu concentración y rendimiento diario.

• Regular tus hormonas del apetito y el metabolismo.

• Favorecer una piel más sana y un corazón más fuerte.

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