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¿Por qué se echa a perder el pozole?

Entender las causas de su descomposición es clave para disfrutarlo de manera segura.

¿Por qué se echa a perder el pozole?

El pozole, uno de los platillos más emblemáticos de la gastronomía mexicana, es una celebración de sabores y texturas. Sin embargo, al ser un guiso que combina carnes, granos de maíz y diversos condimentos, es particularmente susceptible al deterioro microbiano. Entender las causas de su descomposición es clave para disfrutarlo de manera segura.

Pozole | Foto: Especial

Las causas principales del deterioro: Los “enemigos” del pozole

La descomposición del pozole, como la de la mayoría de los alimentos cocinados, se debe principalmente a la proliferación de microorganismos (bacterias, levaduras y mohos) y a procesos bioquímicos naturales. Estos factores se potencian por varias razones:

1. Actividad acuosa (a𝘄) Alta:El pozole es un alimento con un altísimo contenido de humedad. La carne, el caldo y el maíz pozolero retienen mucha agua. Los microorganismos necesitan agua para crecer, y el pozole les proporciona el ambiente acuoso ideal. La Administración de Alimentos y medicamentos de los EE. UU. (FDA) clasifica los alimentos con alta actividad acuosa como “potencialmente peligrosos” si no se controla su temperatura, ya que permiten el crecimiento rápido de patógenos.

2. Nutrientes abundantes:Es un medio de cultivo perfecto. La proteína de la carne (puerco, pollo o res) y los carbohidratos del maíz y los vegetales proporcionan los nutrientes necesarios para que una amplia variedad de bacterias y hongos se multipliquen exponencialmente.

3. La “Zona de Peligro” de temperatura:Este es el factor más crítico. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) y la Norma Oficial Mexicana NOM-251-SSA1-2009 son enfáticas: los alimentos perecederos no deben permanecer entre 4°C (40°F) y 60°C (140°F) por más de 2 horas. Esta es la “zona de peligro” donde las bacterias se duplican en número cada 20 minutos.

  • El error común: Dejar la olla de pozole fuera de la refrigeración hasta que se enfríe por completo. Esto puede tomar varias horas, tiempo más que suficiente para que los microbios se apoderen del alimento.

4. Contaminación cruzada:El uso de cucharas o utensilios sucios para probar o servir el pozole introduce nuevos microorganismos. Dejar que otros alimentos (como una cebolla o lechuga para acompañar) entren en contacto con el pozole y luego regresarlo al refrigerador también acelera su descomposición.

5. Oxidación y enranciamiento:Aunque no es una descomposición microbiana, el pozole, especialmente el que contiene grasa de puerco, puede desarrollar sabores y olores rancios o desagradables debido a la oxidación de las grasas al estar expuesto al aire en el refrigerador.

Señales Inequivocas de que el Pozole se Echó a Perder:

  • Olor: Desprende un olor agrio, ácido o putrefacto. El aroma característico y apetitoso desaparece por completo.
  • Sabor: Un sabor agrio o “avinagrado” es una señal clara de fermentación bacteriana. ¡No lo pruebes si huele mal!
  • Apariencia: Puede presentar burbujas de gas (producto de la fermentación), una capa viscosa en la superficie o, en casos avanzados, moho visible (manchas verdes, blancas o negras).
  • Textura: La carne o el caldo pueden volverse viscosos o babosos.

Cómo prevenir el deterioro: Buenas prácticas de manipulación

Para evitar intoxicaciones alimentarias (como las causadas por Salmonella, E. coli o Staphylococcus aureus), sigue estas recomendaciones avaladas por fuentes de seguridad alimentaria:

  1. Enfriamiento rápido: No dejes el pozole enfriarse a temperatura ambiente. Divide la gran olla en porciones más pequeñas en recipientes menos profundos (de vidrio o plástico para alimentos). Esto permite que el calor se disipe mucho más rápido, reduciendo el tiempo en la “zona de peligro”.
  2. Refrigeración inmediata: Una vez que el vapor disminuya, tapa los recipientes y mételos al refrigerador inmediatamente. Un pozole bien refrigerado (a 4°C o menos) puede durar de 3 a 4 días.
  3. Congelación: Para una vida útil más larga (hasta 3 meses), congélalo en porciones. El caldo se expandirá, así que deja espacio en el recipiente.
  4. Recalentamiento correcto: Al recalentar, asegúrate de que hierva durante al menos 3 a 5 minutos para destruir cualquier bacteria que pudiera haber sobrevivido al frío. Calienta solo la porción que vayas a consumir.

El pozole se echa a perder debido a su riqueza nutricional y alta humedad, que lo convierten en un caldo de cultivo ideal para microorganismos cuando se maneja de forma incorrecta, especialmente al dejarlo enfriar fuera del refrigerador por tiempo prolongado.

La clave para conservarlo está en romper el ciclo de crecimiento bacteriano mediante el enfriamiento rápido y la refrigeración inmediata, prácticas respaldadas por las agencias de seguridad alimentaria mundial para garantizar que este delicioso platillo se disfrute de manera segura.

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