Por qué el pensamiento del “todo o nada” te puede llevar al fracaso, según la psicología
Descubre qué es el pensamiento ‘todo o nada’, cómo identificarlo y técnicas prácticas para superarlo y vivir con más equilibrio.

MÉXICO.- “Si no es perfecto, no vale la pena”. Esta frase, que parece motivadora que usualmente podemos detectar en redes sociales, en realidad esconde una trampa mental que puede frenar nuestro progreso y afectar nuestra salud emocional. En psicología, este patrón se llama pensamiento “todo o nada” o pensamiento dicotómico, y es una de las distorsiones cognitivas más comunes.
El psiquiatra Aaron T. Beck, creador de la terapia cognitivo-conductual, lo describía como la tendencia a ver el mundo en extremos: blanco o negro, éxito rotundo o fracaso total.
Por otra parte, para el psicólogo Albert Ellis, pionero de la Terapia Racional-Emotiva, este tipo de ideas se basan en creencias irracionales como “debo ser amado por todos o no valgo nada” o “si cometo un error, soy un fracaso como persona”.

Cuando todo es perfecto o nada sirve
Ejemplos hay muchos:
- En el amor: “Si mi pareja no me apoya en todo, está contra mí”
- En el trabajo: “Si no consigo ese ascenso, mi carrera es un desastre”
- En la vida diaria: “Si hoy no fui al gimnasio, ya arruiné mi semana, así que mejor no hago nada”
El problema es que este modo de pensar rara vez motiva. Más bien provoca frustración, depresión y una sensación constante de no estar a la altura.
La psicóloga Alba Cardalda lo resume así: “La hiperexigencia lleva muchas veces a procrastinar, porque creemos que si no lo haremos perfecto, mejor no hacerlo”.
Perfección o progreso
El perfeccionismo rígido convierte cualquier meta en un campo minado: un error es una derrota y un resultado bueno pero no perfecto es un “fracaso disfrazado”. Según la psicóloga Regina López Riego, este patrón de pensamiento “nos roba energía, aumenta la autocrítica y nos impide disfrutar del proceso”.

En contraste, el pragmatismo —aceptar que las cosas pueden ser buenas aun con defectos— ayuda a mantenernos en movimiento.
En lugar de ver las cosas como éxito o fracaso, busca los tonos intermedios”, recomienda López Riego.
Cómo romper el ciclo del “todo o nada”
Los especialistas sugieren estrategias simples pero efectivas:
- Detectar las palabras absolutas. Si en tu mente aparece “siempre” o “nunca”, ponla en duda.
- Buscar matices. Pregúntate: “¿Hay algo bueno en esta situación, aunque no sea perfecta?”
- Valorar el progreso. Reconocer pequeños avances en lugar de medir solo el resultado final.
- Practicar autocompasión. Tratarte como tratarías a un buen amigo en la misma situación.

La filosofía estoica, recordada en el texto de Epicteto que inspira este tema, nos recuerda que no debemos descuidar lo bueno por perseguir obsesivamente lo “más alto”. A veces, avanzar con constancia y aceptar los errores es la forma más segura de llegar lejos.
En pocas palabras: menos blanco y negro, más escala de grises. Porque la perfección puede ser el enemigo de la acción, pero la flexibilidad es su mejor aliada.
Te puede interesar: ¿La depresión se puede contagiar? Lo que dice la ciencia sobre el “contagio emocional”
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí