¿Por qué desayunar después de las 9 AM puede ser perjudicial?
Estudios sugieren que retrasar la primera comida del día está relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y alteraciones metabólicas.

Desayunar más allá de las 9:00 de la mañana podría tener consecuencias negativas para la salud, de acuerdo con diversas investigaciones científicas. Aunque muchas personas optan por posponer el desayuno debido a rutinas aceleradas o hábitos personales, expertos en nutrición y cronobiología advierten que este comportamiento puede afectar el metabolismo, el control del apetito y el funcionamiento cardiovascular.
Impacto en el ritmo circadiano
Uno de los principales argumentos en contra de desayunar tarde tiene que ver con el reloj biológico interno, también conocido como ritmo circadiano. Según un estudio publicado en la revista Cell Metabolism (2020), comer fuera de los horarios sincronizados con el reloj circadiano (es decir, después del amanecer y más allá de las primeras horas del día) puede alterar la expresión de genes relacionados con el metabolismo, provocando resistencia a la insulina y acumulación de grasa.
La Dra. Marta Garaulet, investigadora en crononutrición de la Universidad de Murcia, explica que “el momento en el que comemos influye casi tanto como lo que comemos. Retrasar el desayuno afecta negativamente al metabolismo de la glucosa y puede contribuir al desarrollo de obesidad y diabetes tipo 2”.

Mayor riesgo cardiovascular
Un estudio de la Asociación Americana del Corazón (AHA), publicado en Circulation (2017), encontró que omitir el desayuno o hacerlo muy tarde se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluyendo presión arterial elevada, colesterol alto y mayor probabilidad de sufrir infartos. La razón, según los expertos, es que saltarse el desayuno o retrasarlo altera la homeostasis energética del cuerpo y puede provocar ingestas descontroladas más tarde en el día.
Relación con el aumento de peso
La Harvard T.H. Chan School of Public Health ha señalado que las personas que desayunan más tarde o no desayunan tienden a tener índices de masa corporal (IMC) más altos y presentan mayor propensión a consumir alimentos ricos en grasas y azúcares durante el resto del día. Además, al no comenzar el día con una ingesta calórica adecuada, se desajustan las señales de hambre y saciedad, lo que puede provocar atracones o elecciones poco saludables.
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Lo ideal: antes de las 8:30 AM
Investigadores del Brigham and Women’s Hospital, afiliado a Harvard, publicaron en 2022 un estudio en la revista Cell Metabolism en el que se concluye que comer antes de las 8:30 de la mañana ayuda a mejorar los niveles de azúcar en sangre y a reducir la resistencia a la insulina. El estudio sugiere que mantener horarios consistentes y alineados con el ritmo circadiano es clave para una salud metabólica óptima.
Aunque cada cuerpo es distinto, la evidencia científica apunta a que desayunar antes de las 9:00 AM podría ser benéfico para mantener un metabolismo eficiente, controlar el peso y prevenir enfermedades crónicas. Los expertos recomiendan hacer una primera comida equilibrada que incluya proteínas, carbohidratos complejos y grasas saludables, idealmente dentro de las primeras dos horas después de despertar.
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