Si dormiste mal, estos hábitos matutinos pueden empeorar tu día
Especialistas advierten que ciertas rutinas al despertar, como posponer la alarma o tomar café demasiado temprano, podrían intensificar el cansancio tras una mala noche.

Dormir mal no siempre está bajo nuestro control, pero lo que sí puede elegirse es cómo se enfrenta el día posterior. De acuerdo con expertos citados por el New York Post, algunas prácticas comunes al despertar podrían acentuar los efectos negativos de una noche de mal descanso.
Evitar el “snooze” y regular la cafeína
Uno de los errores más frecuentes es presionar el botón de “snooze”. Según la Dra. Jessica Andrade, especialista en neurociencia conductual, este hábito puede empujar al cerebro a iniciar un nuevo ciclo de sueño que no podrá completarse, lo cual incrementa la sensación de aturdimiento. Por ello, se sugiere configurar la alarma para sonar únicamente a la hora en que se deba levantar, evitando aplazamientos sucesivos.
El consumo de café también requiere atención. La coach de bienestar Karla Stern aconseja esperar entre 30 y 90 minutos después de despertar antes de ingerir cafeína, ya que durante ese lapso el cuerpo produce de manera natural cortisol, una hormona que ayuda a mantenerse alerta. Tomar café demasiado pronto podría alterar este proceso e incluso aumentar la ansiedad.

Hidratación, luz natural y movimiento suave
Otro punto clave es la hidratación. La nutricionista Sarah Mullins indica que, tras varias horas de sueño, el cuerpo se encuentra en un estado de deshidratación. En lugar de recurrir inmediatamente a bebidas con cafeína o azúcar, recomienda iniciar el día con agua natural o con electrolitos para reponer líquidos esenciales.
La exposición a la luz natural en la primera hora después de despertar también juega un papel fundamental. La luz solar contribuye a restablecer el ritmo circadiano, mejora el estado de ánimo y favorece la concentración. En caso de no poder salir, abrir las cortinas y permitir la entrada de luz puede ser una alternativa efectiva.
En cuanto al movimiento físico, se recomienda optar por ejercicios suaves. Caminatas breves, estiramientos o yoga ligero pueden activar el sistema nervioso sin exigirle demasiado. Stern destaca que realizar ejercicio intenso tras una noche de mal sueño podría generar una sobrecarga innecesaria.
Duchas frías y desayunos equilibrados
Una ducha fría de corta duración también puede ser benéfica. No se trata de un baño helado, sino de unos segundos bajo agua fresca que estimulen la circulación y aumenten el estado de alerta. Finalmente, el desayuno debe ser equilibrado.
Los expertos aconsejan evitar alimentos con alto contenido de azúcar, como panes dulces o cereales procesados, y preferir opciones ricas en proteína como huevos, nueces o yogur griego. Estos alimentos promueven la estabilidad energética y la producción de dopamina, contribuyendo a un mejor inicio de jornada.
Los especialistas también sugieren no recurrir a siestas prolongadas ni adelantar en exceso la hora de dormir como forma de compensación, ya que ambas prácticas pueden alterar aún más el reloj biológico.
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