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¿Es malo comer milanesas con papas a menudo? Esto opinan los especialistas

Aunque son un platillo popular en muchos hogares, el impacto de las milanesas con papas en la salud depende de su preparación y frecuencia de consumo.

¿Es malo comer milanesas con papas a menudo? Esto opinan los especialistas

Las milanesas con papas, ya sea fritas o al horno, son parte esencial del menú cotidiano en muchos hogares, tanto por su sabor como por su practicidad. No obstante, su valor nutricional es un aspecto importante a considerar para quienes buscan mantener una dieta equilibrada.

Balance entre lo rico y lo saludable

Según información publicada por El Heraldo de México, la milanesa tradicional suele prepararse con carne empanizada de res, pollo o cerdo, cubierta con pan molido y cocinada en aceite caliente. Generalmente, se acompaña con papas fritas, lo que incrementa considerablemente su contenido calórico y de grasas.

Una porción promedio de este platillo puede aportar entre 600 y 900 calorías, dependiendo del tipo de carne, el tamaño de la porción y el método de cocción. En términos de grasa, puede alcanzar hasta 30 gramos, una cantidad significativa si se considera la ingesta diaria recomendada para un adulto.

Desde el enfoque nutricional, este tipo de alimentos no se consideran del todo saludables cuando se consumen con frecuencia o se preparan utilizando técnicas poco recomendadas, como freír en aceite reutilizado o emplear empanizados industriales.

Estos factores elevan el contenido de grasas saturadas, sodio y carbohidratos refinados, los cuales están asociados con un mayor riesgo de padecer sobrepeso, colesterol alto y otros trastornos metabólicos.

Las milanesas con papas, ya sea fritas o al horno, son parte esencial del menú cotidiano en muchos hogares | Foto: Especial

Frecuencia ideal de consumo

No obstante, es posible preparar una versión más equilibrada del platillo. Algunas recomendaciones incluyen hornear las milanesas en lugar de freírlas, optar por cortes magros como la pechuga de pollo y sustituir las papas fritas por papas cocidas o al horno. La inclusión de una ensalada fresca también ayuda a mejorar el perfil nutricional del platillo, aportando fibra, vitaminas y minerales.

Respecto a la frecuencia de consumo, especialistas sugieren que este tipo de comidas se ingieran con moderación. Una o dos veces por mes puede ser adecuado, dependiendo del estado de salud general, la actividad física y las necesidades energéticas de cada persona.

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