“Biohacking”, optimiza cuerpo y mente
En los últimos años, este término ha cobrado fuerza como una tendencia de bienestar que busca mejorar el rendimiento físico y mental, a través de cambios conscientes en el estilo de vida.

Si bien el concepto es relativamente nuevo, su base científica se fundamenta en conocimientos avalados por instituciones de salud: se trata de tomar decisiones informadas sobre lo que comes, cómo duermes, cuánto te mueves y qué hábitos adoptas para funcionar mejor.
Esta estrategia no requiere intervenciones extremas; muchas veces, pequeñas acciones cotidianas marcan la diferencia.
Uno de los pilares clave del “biohacking” es la nutrición: la alimentación influye directamente en el metabolismo, la energía diaria, la salud mental e incluso la expresión genética.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una dieta saludable contribuye a la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, obesidad y trastornos cardiovasculares, al tiempo que mejora el estado anímico y la concentración.
Organismos como los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) y la Secretaría de Salud de México coinciden en que mantener niveles estables de glucosa, priorizar el consumo de alimentos integrales, reducir azúcares añadidos y evitar los ultraprocesados puede tener efectos positivos a corto y a largo plazo.
Además de la alimentación, el “biohacking” abarca otras prácticas como el control del sueño, el manejo del estrés, la actividad física regular y la exposición consciente a la luz natural; todo esto influye en los sistemas hormonales, neurológicos e inmunitarios.
La evidencia sugiere que estos factores optimizan el bienestar general y pueden ralentizar procesos de envejecimiento celular; muchas de estas acciones están al alcance de cualquier persona, sin necesidad de recurrir a tecnología avanzada o intervenciones costosas.
Si decides aplicarlo, recuerda que el “biohacking” debe estar alineado con recomendaciones profesionales y fuentes confiables: la clave está en personalizar las estrategias según las necesidades del cuerpo, siempre con base en información respaldada por expertos en salud
Fuentes:
Organización Mundial de la Salud
Secretaría de Salud de México
Institutos Nacionales de Salud (Estados Unidos)
“Hackéate”
Prioriza alimentos frescos y de temporada.
Come y cena temprano, para respetar tu ritmo circadiano.
Incorpora grasas saludables, para mejorar la función cerebral.
Hidrátate adecuadamente; baja el consumo de bebidas azucaradas.
Escucha a tu cuerpo y busca asesoría profesional.
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