¿Por qué el jugo de naranja sabe mal después de cepillarte los dientes?
La desagradable sensación al beber jugo de naranja tras el cepillado tiene una explicación científica relacionada con un compuesto común en las pastas dentales, según expertos.

Durante el desayuno, muchas personas experimentan una sensación desagradable al beber jugo de naranja justo después de cepillarse los dientes. Esta reacción, más común de lo que parece, tiene una base científica vinculada a un ingrediente presente en la mayoría de las pastas dentales, de acuerdo con información difundida por Infobae y el portal Muy Interesante.
El papel del lauril sulfato de sodio (SLS)
La causa principal es el lauril sulfato de sodio (SLS), un agente espumante utilizado en productos como dentífricos, detergentes y espumas de afeitar. Según explicó Guy Crosby, profesor de Nutrición en la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard, este compuesto actúa como detergente y altera temporalmente la sensibilidad de los receptores del gusto.

El impacto en el sabor del jugo de naranja
La lengua humana está equipada con miles de papilas gustativas, cada una con receptores capaces de detectar sabores como dulce, salado, ácido, amargo y umami. Bajo condiciones normales, estos receptores trabajan en conjunto para brindar una experiencia sensorial equilibrada. Sin embargo, tras el uso de una pasta que contiene SLS, esa percepción se ve modificada, especialmente al consumir bebidas ácidas como el jugo de naranja.
El jugo de naranja combina ácido cítrico y azúcares naturales, lo que normalmente da como resultado un sabor fresco y equilibrado. Pero al interactuar con los efectos del SLS, el dulzor se reduce, la acidez se intensifica y el sabor general se vuelve menos agradable.
Una investigación publicada en 1980 en la revista Chemical Senses analizó específicamente el impacto del lauril sulfato de sodio en la percepción del sabor. El estudio concluyó que este compuesto disminuye el dulzor de la sacarosa, así como la salinidad y el amargor, pero potencia el sabor ácido, lo que afecta directamente la experiencia al beber jugos cítricos.
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¿Cómo evitar el efecto?
Para evitar esta alteración temporal, especialistas recomiendan ingerir el jugo antes del cepillado o bien esperar unos minutos después de lavarse los dientes, permitiendo que la saliva neutralice los efectos del SLS. Esta interacción química cotidiana es un claro ejemplo de cómo ciertos compuestos pueden modificar nuestras percepciones sensoriales, incluso en actividades tan rutinarias como el desayuno.
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