¿Qué es el síndrome de junio y cómo afecta a las personas?

El llamado “síndrome de junio” ha sido identificado como una forma de fatiga física y mental que afecta a estudiantes y trabajadores después de iniciar un nuevo ciclo en abril, según reporta el medio El Diario Mx. Este fenómeno, ampliamente reconocido en Japón, surge como consecuencia del desgaste acumulado a lo largo de los primeros meses del año escolar o laboral.

Especialistas señalan que este trastorno puede presentarse como una respuesta de adaptación al cambio de entorno y exigencias, en particular entre los niños que enfrentan el ingreso a una nueva escuela o un cambio de curso. En ellos, el estrés puede derivar en una negativa a asistir a clases.

Síntomas comunes

De acuerdo con la agencia Jiji Press, los síntomas más frecuentes incluyen dificultad para levantarse por la mañana, insomnio, dolores de cabeza, molestias abdominales, mareos, náuseas y una sensación general de malestar. Esta serie de manifestaciones ha sido catalogada como un trastorno de adaptación, al igual que el conocido “síndrome posvacacional de mayo” (gogatsubyo).

Estilos

Ejercicio después de comer: ¿Es recomendable? Esto dicen los expertos

Cifras del Ministerio de Educación de Japón revelan que durante el ciclo escolar 2023, un total de 346 mil 482 estudiantes de primaria y secundaria se negaron a asistir a la escuela, estableciendo un récord en el registro de ausencias asociadas a esta condición.

Además del síndrome de junio, especialistas advierten sobre otro fenómeno psicológico vinculado a los cambios de estación: el trastorno afectivo estacional. Según información de la Clínica Mayo en Estados Unidos, esta afección se manifiesta comúnmente en otoño e invierno, aunque en ciertos casos puede presentarse también durante la primavera o al inicio del verano.

Te puede interesar: ¿Comes por necesidad o por estrés? Aprende a diferenciar el hambre real de la emocional

Otros síntomas y posibles causas:

Los síntomas incluyen fatiga persistente, tristeza, irritabilidad, apatía, pérdida de interés en actividades cotidianas, exceso de sueño, alteraciones en el apetito, aumento de peso y dificultades para concentrarse. Aunque la causa exacta aún se desconoce, los expertos vinculan su aparición con la reducción de luz solar y los efectos que esta tiene sobre el reloj biológico, la serotonina y la melatonina, sustancias clave para el estado de ánimo y el sueño.

Otros factores de riesgo para desarrollar este trastorno incluyen antecedentes familiares de depresión, vivir lejos del ecuador, niveles bajos de vitamina D y la presencia de otros problemas de salud mental como trastornos bipolares.

La Clínica Mayo advierte que los síntomas del trastorno afectivo estacional deben ser atendidos con seriedad, pues pueden agravarse y derivar en complicaciones como aislamiento social, bajo rendimiento académico o laboral, abuso de sustancias, otros trastornos mentales, e incluso pensamientos o conductas suicidas si no se tratan adecuadamente.