Cosas que puedes hacer con tu hijo en casa si aún no van a guardería o escuela

Cuando tu hijo aún no va a guardería o preescolar, el día puede sentirse eterno. Entre siestas irregulares, rabietas y demandas de atención constante, encontrar actividades que no impliquen pantalla ni caos parece misión imposible. Pero no estás sola: muchas mamás están en esta etapa, y sí hay opciones que funcionan en casa y no requieren tener habilidades de maestra Montessori.

Lo que sí puedes hacer con tu hijo (sin saturarte ni frustrarte)

Estas actividades están pensadas para niños de entre 1 y 3 años —aunque muchas pueden adaptarse—, y lo mejor es que no necesitas comprar nada elaborado ni tener Pinterest abierto todo el día.

1. Caja sensorial con lo que tengas en casa

No necesitas arroz teñido ni juguetes caros. Llena un recipiente con objetos seguros: tapas, cucharas, telas, frijoles crudos (si no se los mete a la boca), oponles nombres y juega a “descubrir”.

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2. Mini estación de agua

Un bowl con agua, vasos y cucharas ya es suficiente para que se entretenga un buen rato. Puedes meter juguetes plásticos y dejar que los “bañe”. Ideal si hace calor.

3. Rutina musical

Pon siempre las mismas dos o tres canciones al despertar o antes de dormir. Le das estructura al día y, aunque parezca simple, la repetición genera seguridad en esta etapa.

4. Ayuda real en casa

A los 2 años, muchos niños aman sentir que “ayudan”. Dale un trapito para limpiar contigo, una cuchara para revolver cuando cocinas o una caja para guardar cosas. Es juego y aprendizaje al mismo tiempo.

5. Lectura repetitiva (aunque te aburras tú)

Aunque ya sepas el cuento de memoria, repetirlo es clave para su desarrollo del lenguaje. Puedes ir cambiando el tono de voz o inventar finales distintos.

6. Bailes tontos y juegos de espejo

A esta edad el movimiento y la risa son fundamentales. Bailar frente al espejo o hacer caras y gestos juntos refuerza el vínculo y estimula la expresión emocional.

Estar todo el día juntas puede ser cansado, pero también un regalo

No tener escuela o guardería no significa que no aprenda. A tu lado, tu hijo está desarrollando habilidades fundamentales: lenguaje, coordinación, autonomía y afecto. No necesitas ser maestra ni tener un itinerario perfecto. Basta con momentos de presencia, pausas cuando tú las necesites y conexión desde lo cotidiano.

Y si un día solo ven caricaturas porque no puedes más, también está bien.